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LA TECNICA DE LA ACCION NOVIOLENTA
métodos de acción noviolenta
los mecanismos de cambio
acción noviolenta contra la violencia
la técnica fundamental
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA ACCION/5
LA ACCION DIRECTA
introducción
1. Análisis de la situación
2. Elección del objetivo
3. Primeras negociaciones /7
4. Llamada a la opinión pública
comunicados, peticiones, /8
símbolos, pintadas y octavillas
posters y pancartas /9
manifestaciones
— des
fi les
— con vehículos
— marchas
ayuno /10
huelgas de hambre limitadas
5. Transmisión del ultimátum /11
6. Acciones directas
Acciones directas de no-cooperación
Estarse en casa
Devolución de títulos
Huelga /12
Huelga al revés
Boicot económico
Boicot social /13
Huelga alquileres
Objeción de conciencia
huelga de hambre /14
Acciones directas de intervención
Revolución divertida /15
Confraternización
Happening
Teatro de calle /16
Vigilia
Cantada /17
Encartelados
Encadenamiento
Sentada
Estar de pie /18
Ocupación Móvil
Interferencia
Obstrucción
Encierro /19
Ocupación de lugares públicos
Comportamiento social anticipado
Solicitud para entrar en la prisión
Desobediencia al Poder
Ignorar al Poder /20
Usurpación Civil
Gobierno e instituciones paralelas
ANEXO 1
. /21
Normas para una campaña de prensa
ANEXO 2.
/21
El sociodrama y el taller de acción directa
ANEXO 3
. /23
Algunos consejos prácticos
Bibliografía
Especial 15M
COLECCION: LA NO VIOLENCIA: UNA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA
Nº 2. MANUAL DE ACCION DIRECTA
Edició en catalá: Juliol 1976
Edición en castellano: Febrero 1977
USO PRIVADO, MATERIAL DE ESTUDIO
Edita: PAX CHRISTI Dep. Leg. B- 34.149/76
MANUAL DE ACCIÓN
DIRECTA
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presentación
A la hora de hacer un repaso de las luchas
populares puede constatarse que, a menudo,
una de las causas que más han frenado a los
pueblos a reivindicar sus derechos ha sido el
miedo a la represión, el desconocimiento de
la acción más apropiada para el momento y
el desconocimiento de grupos ya organizados
y entrenados. Muchas veces —con demasiada
frecuencia— se ha dejado la iniciativa a quienes
han superado estos obstáculos, y por eso
gran parte se ha mantenido sólo a la expectativa,
o se han contentado con la simple adhesión.
Está claro, sin embargo, que la progresiva
conciencia de nuestros problemas ha ido animando
a los pueblos y el dinamismo constante
de nuestros días (no hay más que leer la
prensa) nos muestra que no sólo se ha dado
un paso adelante, sino que estamos lanzados
en una carrera por nuestras libertades que ya
nadie podrá parar.
En esta perspectiva, presentamos este libro
titulado «Manual de acción directa» en la
creencia de que puede servir de aportación y
ayuda para todos los que quieren «moverse».
Este cuaderno es, ante todo, un «manual» y
un manual es, por de
fi nición, un instrumento
de ayuda que puede aportarnos ideas, unas
instrucciones y unos consejos. No esperemos
más de él. El resto, la concreción, depende de
todos y del trabajo de la imaginación. Pueden
encontrarse más precisiones y detalles en la
bibliografía.
Hemos procurado poner algunos ejemplos de
cada tipo de acción, especialmente de las que
han tenido lugar entre nosotros. Ciertamente
hay algunas, pero nuestro objetivo no es elaborar
una lista de todo lo que hasta ahora se
ha hecho. Al poner algunos ejemplos, simplemente
hemos querido demostrar que la acción
directa noviolenta no es un invento, sino que
es algo real y estudiado. Lo único que falta es
organizarla, hacerla popular y darle un marco
estratégico.
Finalmente debemos añadir una observación:
ni el orden ni la extensión que se dedica
a cada tipo de acción guarda relación con su
importancia o di
fi cultad. Es evidente, en este
sentido, que la huelga es mucho más trascendental
que otras acciones. Si le hemos dedicado
menos espacio es porque es más fácil encontrar
información sobre ésta que sobre otras
acciones.
La técnica de la acción
noviolenta
La expresión «técnica de acción noviolenta» a
menudo ha sido objeto de muchos malentendidos.
Empecemos, pues, por esclarecer estos
conceptos.
El término «técnica» lo tomamos para descubrir
todos los medios de dirigir una acción o
lucha. Puede pues emplearse al hablar de una
técnica de guerrilla o de la democracia parlamentaria.
El término «acción noviolenta» se re
fi ere a
aquellos métodos de protesta, no cooperación
y no intervención en los cuales, los que los utilizan,
y sin emplear violencia física, se niegan a
hacer ciertas cosas que no se esperan de ellos
o que tienen prohibido hacer. Naturalmente,
en un caso particular pueden combinase las
acciones con las omisiones.
«Acción noviolenta» es un término genérico;
incluye una amplia gama de fenómenos denominados
de diversas formas: resistencia noviolenta,
satyagraha, resistencia pací
fi ca, acción
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directa noviolenta... Mientras es noviolencia,
es acción, y no inacción; la pasividad, cobardía
y sumisión, se han de superar La acción noviolenta
(ANV) es un medio para dirigir con
fl ictos
y mantener luchas y no se ha de comparar con
la disconformidad verbal o la simple in
fl uencia
psicológica. No es simplemente paci
fi smo, y de
hecho, ha sido empleado por gente no paci
fi sta
en la mayor parte de los casos. Los motivos
para utilizar las acciones noviolentas pueden
basarse únicamente en consideraciones de
utilidad práctica. La ANV no es una solución
escapista al problema de la violencia, pues
puede ser empleada contra adversarios que
se apoyan en sanciones violentas. El hecho de
que un bando sea noviolento no implica que el
otro también se abstenga de la violencia.
Ciertas formas de ANV pueden considerarse
como esfuerzos para disuadir por la acción,
mientras que otras son más coercitivas.
Métodos de acción
noviolenta
Existe una variedad muy amplia de métodos
o formas de ANV (se han utilizado más de 200
tipos diferentes). Se dividen en tres clases: la
protesta y persuasión, la no cooperación y la
intervención.
Hablando en general, los métodos de protesta
NV son simbólicos en su efecto, y producen
una conciencia de la existencia de una disensión.
Su impacto puede ser en determinadas
circunstancias, muy grande, incluso en regímenes
tiránicos en los que la oposición está
sometida a fuerte represión. Los métodos de
protesta incluyen las marchas, los piquetes,
las reuniones, la siembra de octavillas, etc...
Los métodos de no cooperación NV, si se llevan
a término por un número respetable de
gente, pueden producir serias di
fi cultades al
adversario para mantener el funcionamiento
de su poder Los métodos de no-cooperación incluyen
diversos tipos de no-cooperación social
(como los boicots sociales), boicots económicos
(de consumo, negarse a pagar impuestos y recibos),
huelgas (general, simbólica, brazos caídos,
atasco económico) y no-cooperación política
(boicot a los servicios del gobierno, boicot a
las elecciones, no-cooperación administrativa,
desobediencia civil, quedarse en casa, etc...).
La forma exacta en que se combinan métodos
de cada una de las tres clases varía considerablemente
de una situación a otra. En general,
los riesgos de los participantes por una parte,
y del sistema contra el que se actúa por otra,
son menores en el caso de la protesta, y mayores
en el caso de la intervención. Los métodos
de intervención son casi siempre e
fi caces
si los participantes poseen un elevado grado
de entrenamiento y disciplina y están dispuestos
a recibir una severa represión. Así, pues,
las tácticas han de seleccionarse y llevarse a la
práctica con particular cuidado e inteligencia.
Para la selección de métodos a emplear en
una situación determinada, se han de considerar
diversos e importantes factores. Estos
factores incluyen el tipo de con
fl icto, la naturaleza
del adversario, sus propósitos, su fuerza,
el tipo de represión que aplicará y, entre
los participantes el grado de compromiso, de
preparación, y de experiencia.
Los mecanismos de
cambio
En las luchas noviolentas existen sintetizando,
tres mecanismos que ocasionan un cambio.
Normalmente se da una coordinación de
los tres. Son: conversión, acomodación y coerción.
Por conversión entendemos que el adversario,
como resultado de las acciones de la persona o
grupo noviolento, llega a tener un nuevo punto
de vista que abarca los
fi nes del noviolento.
Esta conversión puede ser determinada por
razonamiento o discusión. Pero en la acción
noviolenta (NV) puede estar in
fl uenciada por
factores morales y emocionales los cuales pueden
ser también estimulados por el sufrimiento
de los participantes NV, los cuales tratarán
de conseguir sus objetivos sin causar daños a
otras personas.
A pesar de todo, los intentos para la conversión
no siempre tienen éxito. A veces, ni tan siquiera
pueden llevarse a cabo. La acomodación
como mecanismo de acción noviolenta (ANV)
está en una posición intermedia entre la conversión
y la coerción, teniendo generalmente,
elementos de ambas. En la acomodación el adversario
a pesar de no estar convertido, decide
acceder a las peticiones de los participantes en
la acción, en una situación en la que todavía
no tiene opción para escoger una acción. La
situación social en la nube se mueve ha sido
alterada por la acción tanto como para verse
obligado a cambiar su posición en el con
fl icto,
tal vez porque crea que la cosa no merece
todo el trastorno causado por la lucha, o tal
vez porque prevé una derrota y decide retirarse
a tiempo.
La coerción NV puede tener lugar en una de
estas tres circunstancias: el desafío llega a ser
demasiado amplio y masivo para que el gobernante
pueda controlarlo por la represión; el
sistema social y político puede paralizarse; el
desafío puede disminuir la capacidad de represión
de las mismas fuerzas del orden. La coer
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ción NV se hace posible cuando los que están
realizando la acción NV consiguen contener,
directa o indirectamente las fuentes básicas
del poder político del gobernante.
Acción noviolenta
contra la violencia
No puede suponerse que un adversario que
se enfrenta con una oposición que se apoya
solamente en métodos NV, vaya a renunciar
de golpe a su capacidad de violencia. La NV en
cambio, puede operar contra los adversarios
que pueden y quieren usar sanciones violentas,
y puede responder a su violencia de tal
forma que pierdan su equilibrio en una especie
de
jiu-jitsu político.
En lugar de enfrentarse a las fuerzas del orden
con el mismo tipo de fuerzas los participantes
de la ANV responden indirectamente
a estos agentes del poder del adversario. Su
objetivo es el de mostrar que la represión es
incapaz de acobardar a la gente, y privar al
adversario del apoyo existente, minando así
sus recursos. Lejos de signi
fi car el fracaso de
la ANV, la represión ayuda a menudo a hacer
patente la crueldad del sistema político contra
el que se lucha. La represión es muchas veces
una forma de reconocer, por parte del adversario,
que la ANV constituye una seria amenaza
para su política o régimen.
Si en la guerra, el peligro del fuego del enemigo
no siempre fuerza a los soldados de vanguardia
al pánico y a la huida, en la lucha NV
la represión no produce necesariamente la sumisión.
Es cierto que la represión puede ser
efectiva, pero también puede facilitar y no parar
el desafío En este caso, el adversario tendrá
di
fi cultades.
El éxito de la lucha noviolenta depende de la
persistencia de los participantes noviolentos
que en luchar con sus propios métodos, y en
oponerse a todas las presiones, sean causadas
por una hostilidad emocional a las brutalidades,
tentaciones o ventajas momentáneas del
adversario o por agentes provocadores utilizados
por el adversario. Toda violencia por parte
de los noviolentos contrarrestará muchísimo
la acción y justi
fi cará, para muchos, una severa
represión reduciendo las simpatías y el
apoyo de la opinión pública.
Los provocadores tienen como objetivo principal
provocar al grupo de participantes en la
acción con la
fi nalidad de hacerles pronunciar
palabras abusivas, insultar, hablar mal, comportarse
de una manera airada, dejarse llevar
por la confusión y el desorden, hacer pelear a
los cabecillas de la acción, etc... Por lo tanto,
todo esto habremos de procurar no hacerlo.
Ante las provocaciones no se tiene que hacer
nada «bueno» ni nada «malo». Conservar la
sangre fría y comportarse con calma, aunque
la situación se convierta o parezca ridícula. Si
se está inspirado se pueden tener iniciativas
creativas. Si no, más vale permanecer pasivo.
Someterse a la disciplina colectiva y no «perder
los nervios», ya que es precisamente eso lo que
quieren. Seguir las instrucciones del que dirige
la acción, en el caso de que haya dirección.
En este caso el director será el encargado de
hacer evacuar a los posibles heridos, de dar
los primeros auxilios, de estar en contacto con
un médico. A menudo es bueno cantar a coro.
Desconcierta al adversario y anima al grupo.
No pedir asistencia a la policía. Observar y
tomar nota de la actitud de los espectadores
(en todas las acciones siempre tiene que haber
compañeros que hagan de observadores y que
se limiten, con discreción, a cumplir solamente
esta tarea) ya que puede ser de importancia
capital, no solamente para determinar más
tarde el resultado concreto del incidente, sino
también para interpretar mejor, más tarde, los
efectos sobre el público.
La técnica fundamental
Existe una técnica noviolenta especialmente
cuali
fi cada, que no se puede colocar en la larga
lista de las otras técnicas. Quizá ni le vale en
rigor, el nombre de técnica. Se podría resumir
en el imperativo conocidísimo: «amarás a tu
enemigo». No dice «odiarás al enemigo», ni dice
«no tendrás ningún enemigo». Dice una cosa
nada fácil: el enemigo seguirá siendo enemigo,
pero tú, en vez de odiarlo, lo amarás.
Este imperativo se basa en una concepción
del universo «sui generis». Según esta concepción
las contradicciones se dan a nivel concreto,
histórico, como fruto del juego complejísimo
de los diferentes elementos de la vida. Pero
la profundidad de la vida, el núcleo central del
universo, el eje del progreso cósmico es unitario
y armónico. Yo y mi enemigo procedemos de
un origen común, somos dos frutos, dos ramas
de un mismo árbol. Si anulo a mi adversario,
sin resolver las causas de su aparición, del antagonismo
que nos divide hago más prolí
fi ca la
contradicción, engendro más enemigos, como
cuando se poda el árbol.
A nivel de psicología individual, después de
las investigaciones psicoanalíticas, hoy todo
el mundo admite que no se arregla nada con
la represión de los impulsos del inconsciente
individual. La represión evita la contradicción
inmediata pero fabrica complejos y enfermedades
de toda clase.
Es preciso comprender que a nivel social
ocurre la misma cosa. No se arregla nada re
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5
primiendo al adversario. Hace falta resolver la
causa profunda del antagonismo. Es éste un
planteamiento que nos desconcierta. ¿Cómo
una raíz unitaria puede producir una rama
enemistada? Normalmente, la respuesta, que
no se quiere aceptar, es que los dos hijos enemistados
lo están porque cada uno se ha llevado
la mitad —más o menos— de la herencia de
los padres, y las dos mitades son complementarias.
Una necesita de la otra para ser útil.
«Condenados a convivir para funcionar». Los
hombres forman un todo solidario y cuando
nos diversi
fi camos no podemos desentendernos
de los demás, o si no viene la guerra. No
es posible tomar la propia parte de la herencia
y huir lejos para disfrutarla. No hay parte propia.
O disfrutamos todos de todo, o ninguno
disfrutará tranquilo de su parte.
A menudo resulta trágico el ejercicio ajustado
de la solidaridad con el enemigo. Pero es la técnica
fundamental de la NV. Querer al enemigo
es tomar conciencia de la unidad profunda
ineludible que nos une con él, y es resolver el
antagonismo ocasional superable que nos divide
de él. En este amor, que es resolver el antagonismo,
juegan un importante papel la inteligencia
y el ingenio. Hay amores que matan.
La afectividad es un ingrediente del amor, pero
no el único. En el amor entra la exigencia de
la e
fi cacia. No se trata de salvarla conciencia
propia, se trata de salvar al universo.
Esta técnica fundamental puede inspirar mil
técnicas concretas, algunas de las cuales se
encuentran recogidas en este cuaderno. Ella
es el alma. Ella marca la oportunidad o la inoportunidad
de las demás. Ella les da el sentido
ajustado a la hora de la aplicación. Cuanto
más universal tengamos nuestro espíritu, más
noviolentos de verdad seremos.
principios
fundamentales
de la acción
El principio fundamental de la estrategia no
violenta es el principio de la no-cooperación o
de la no-colaboración. Se basa en el siguiente
análisis: si las injusticias están tan profundamente
enraizadas en las sociedades es porque
se bene
fi cian de la complicidad y de la colaboración
de la mayoría de los miembros de estas
sociedades.
Los debates sobre la violencia y la NV se encuentran
casi siempre falseados en cuanto que
se quiere dar a entender que ante la injusticia,
todos estamos dispuestos a recurrir a la violencia,
para derrocar a los poderosos de sus
lugares y privilegios y elevar a los oprimidos
al poder. Pero, ¡oh, sorpresa!, ante la injusticia,
nuestra tentación no es la violencia, cuyos
riesgos y sacri
fi cios no estamos dispuestos a
asumir, y de cuya e
fi cacia no estamos convencidos.
Más bien estamos tentados de permanecer
pasivos, y por eso escogemos la postura de
más comodidad para nuestros intereses. Estamos
mucho más dispuestos a resignarnos a la
colaboración que a la violencia.
Conviene por otra parte que si no hubiera
más elección que entre la resistencia violenta
y la colaboración, más valdría escoger la resistencia
violenta.
A partir de este análisis la estrategia de la
NV consiste en conseguir romper esta colaboración
con la injusticia y ejercer de esta forma,
una presión social sobre los adversarios a
fi n
de hacerlos ceder.
Los métodos de no-cooperación, intentan
coaccionar al adversario mediante la negativa
deliberada a realizar una función, cuya ejecución
es esencial para el mantenimiento de su
posición. Se trata de organizar la no-cooperación
de tal manera que el mayor número posible
se niegue a colaborar con las instituciones,
las estructuras, las leyes y los regímenes que
crean y mantienen las injusticias.
Así pues, se trata de organizar la lucha haciendo
una llamada a cada miembro de la sociedad
para que retire su apoyo a las autoridades
establecidas que de
fi nen la injusticia. La
coerción se hará efectiva a partir del momento
en que los resistentes consigan romper las
fuentes de poder del adversario, de tal forma
que éste se vea privado de los medios de mantener
su posición y pierda el control de la situación.
De esta forma se podrá establecer una
relación de fuerzas a favor de los resistentes.
En un primer momento esta no-cooperación
podrá organizarse en el marco de la legalidad.
Se tratará de agotar todas las posibilidades
ofrecidas por los medios legales. Pero cuando
éstas se revelen inoperantes entonces será necesario
entrar en la desobediencia civil.
La desobediencia civil se fundamenta en el
reconocimiento del hecho demasiado tiempo
ignorado, de que la obediencia a la ley implica
la responsabilidad del ciudadano, y que por
consiguiente, el que se somete a una ley acepta
una parte de responsabilidad en esta injusticia.
Un programa
constructivo
La historia nos ha enseñado que la toma del
poder por una minoría decidida a actuar por el
bien del pueblo es una desviación demasiado
peligrosa de los caminos de la verdadera democracia
popular. Es por eso por lo que no puede
pensarse en conquistar el poder mediante una
especie de izquierda «no violenta».
En su perspectiva revolucionaria la estrategia
noviolenta no tiene como objetivo la toma
del poder para el pueblo, sino directamente la
toma del poder por el pueblo.
Esto exige, en primer lugar, una toma de
conciencia por parte del mayor número posible
de ciudadanos de las verdaderas cuestiones
y de las respuestas que pueden aportarse.
Esta toma de conciencia no puede imponerse
de arriba a abajo, y no puede ser más que el
resultado de un trabajo de educación efectuado
desde la base. Esta «concienciación» ha de
permitir a continuación una toma de responsabilidad.
Entonces puede venir la toma de poder. La
estrategia de la ANV ha de incluir en su perspectiva
la toma de las responsabilidades del
poder: no puede contentarse con elaborar la
contestación de la sociedad, sino que también
ha de permitir asumir su gestión.
Por tanto, la estrategia de la ANV, más que
buscar apoderarse de la dirección de un estado,
se esforzará en crear en la base las- condiciones
necesarias para una gestión de la
sociedad que pueda ser llevada según los principios
y los métodos de la NV. Conviene insistir
aquí en el papel esencial de aquello que muchos
llaman el «programa constructivo». En el
momento de la campaña de acción directa, el
programa constructivo consiste en organizar,
paralelamente a las instituciones y a las estructuras
que se impugnan y con las cuales se
rehúsa cooperar, instituciones y estructuras
que permitan aportar una solución constructiva
a los problemas planteados. Se trata de
fi
jar las bases concretas de la nueva sociedad,
fundada en la justicia y en la solidaridad, por
las que se ha emprendido la lucha.
La estrategia de la ANV consiste en escoger
un punto preciso del sistema que permita hacerlo
caer como con una palanca.
Este punto preciso será «la llave». Hace falta
pues, buscar la llave, el punto débil del adversario,
aquel punto en que tendrá menos
ventajas, el punto del desequilibrio, aquél que
será más fácilmente atacable, el punto en que
el abuso del poder será más claro, más clamoroso
y más molesto.
la acción directa
Introducción
Quisiéramos precisar aquí cuáles son los
diferentes momentos de una campaña de acción
directa, y cuáles son sus modalidades en
cada uno de sus momentos. Si es cierto que
no puede tratarse de dar recetas ni de aplicar
al pie de la letra una serie de normas, no nos
parece desacertado ni inútil reunir enseñanzas
pasadas y clasi
fi carlas según un orden que
presente una cierta lógica, siempre dándoles
un marco en el cual la experiencia nos ha enseñado
que tenía las mayores posibilidades de
emplearse útilmente.
Si estas indicaciones no nos garantizan el
éxito por lo menos que nos sirvan para ahorrarnos
errores que nos llevarían al fracaso.
I - Análisis de
la situación
Para ser e
fi caces y no desacreditar la acción,
es esencial que ésta sea decidida a partir de un
conocimiento exacto de la situación en la cual
se inscribe la injusticia que se quiere denunciar
y combatir con el
fi n de emitir un juicio
racional y coherente que tienda a la mayor objetividad
posible. La posibilidad de justi
fi car en
cada ocasión con pruebas para reforzarla, las
a
fi rmaciones hechas, es un elemento de primera
importancia en la relación de fuerzas que
hace falta establecer ante los adversarios. Además,
no será su
fi ciente con limitarse a constatar
los hechos. Importa comprender, con la
fi
nalidad de saber, cómo y por qué la injusticia
ha aparecido y se ha mantenido. Conviene
sobre todo conocer cuáles son las fuerzas
sociales políticas y económicas implicadas en
la situación, cuáles son las actitudes prácticas
de los bandos en presencia y cuáles son
las justi
fi caciones teóricas que den. Conocer la
solidaridad que obtendremos de otros grupos,
el papel de la prensa y de los partidos políticos,
nuestra situación legal, el estudio de la
legislación que haga referencia a los diferentes
aspectos de la acción, previsión de incidentes,
etc. Este análisis nos ha de permitir hacer,
con conocimiento de causa, una opción política
mediante la cual decidiremos quiénes son
nuestros aliados y quiénes nuestros adversarios
en el con
fl icto.
II - Elección del objetivo
En función del análisis de la situación, se habrá
de escoger el objetivo, a alcanzar mediante
la acción. La elección del objetivo es esencial.
De ella dependerá el éxito o el fracaso. Convendrá
escoger un objetivo concreto, limitado
y posible. En la elección de este objetivo se habrá
de tener en cuenta los derechos del adversario.
El objetivo ha de aparecer como una
contribución positiva para el futuro de toda la
comunidad.
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6
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7
Una vez escogido el objetivo será necesario
concentrarse en desarrollar la voluntad de lucha,
analizando las diferentes alternativa que
se nos ofrecen (denunciar la insu
fi ciencia de
los métodos utilizados para tratar el problema,
posibilidad de desencadenamiento de violencia,
de provocar una situación incontrolable o
irracional, resultados previsibles de la campaña)
y ponerse en contacto con otras organizaciones
a
fi n de ver qué grupos y movimientos
simpatizan con nuestra idea.
También organizaremos un
fi chero de las personas
que pueden colaborar y les ofreceremos
un trabajo para hacer. Conseguir también la
neutralidad de grupos que inicialmente rechazan
nuestra acción.
Una vez escogida la acción, vayamos al lugar
donde se tiene que hacer y explorémoslo bien:
hace falta decidir exactamente qué es lo que
queremos y podemos hacer allí. A menudo, el
mismo lugar nos indicará la clase o tipo de acción
a realizar También puede ocurrir que ya
tengamos una acción concreta en torno a una
idea o una fecha de particular interés. La acción
deberá tener un mensaje muy claro tanto
por su efecto visual (para fotogra
fi ar o para
los transeúntes), como por la manera en que
pueden ser interpretadas por quienes la vean,
escuchen o lean a través de los medios de comunicación.
La prueba de la e
fi cacia de la ANV, es que la
gente se sitúa a favor nuestro. Entonces, nos
tenemos que preguntar, si somos capaces de
estimular el movimiento popular para nuestra
causa. Nuestra acción, ¿tiene algo de original
o único? No hace falta que lo tenga, pero si
lo tiene, llamará mucho la atención. ¿Quién
estará en la acción? ¿Pretendemos algo muy
amplio o más bien, un determinado punto de
vista o posición? ¿Corremos el riesgo de ser detenidos?
¿Cuál será la actitud de la policía?
¿Qué personas creemos que nos van a rodear?
¿Cuáles podrían ser sus reacciones?... La consideración
de todos estos puntos se hace muy
necesaria para determinar lo que pueda suceder
a los participantes y cómo será considerada
desde fuera.
Las consideraciones tienen que ser realistas
y susceptibles de ser aceptadas por el adversario;
por eso hace falta discernir entre lo que
desearíamos y lo que es posible. El éxito de
una acción no se encuentra asegurado más
que en el momento en el cual se obtiene lo que
se pide. Pedir lo imposible es ir al fracaso. Una
sola campaña de acción no será un poder su
fi
ciente para suprimir una injusticia está profundamente
arraigada en las estructuras y las
mentalidades. Harán falta otras acciones con
objetivos más ambiciosos... Conviene, por tanto,
decidir lo que se tiene que exigir en cada
momento, de manera que no se tenga que hacer
ninguna concesión en el transcurso de las
negociaciones. La estrategia de la ANV no es
una estrategia de concesiones mutuas. No se
trata de exigir lo imposible para conseguir lo
posible. Se trata de exigir lo posible y mantenerse
en esta exigencia hasta el
fi n, sin transigir
nunca, a menos que se tenga que hacer
justicia a una justa reivindicación del adversario.
Ill - Primeras
negociaciones
Conviene, cuanto antes mejor, entrar en relación
directa con el adversario, antes de llevar
al litigio de forma pública, con la
fi nalidad de
intentar todo lo posible para arreglar el con
fl icto
sin recurrir a la prueba de la fuerza. El clima
que se instaure en el momento de las primeras
negociaciones determinará en gran manera el
clima de todo el con
fl icto. Así como los argumentos
que den respuesta a las acusaciones
presentadas. Aunque se den pruebas de cortesía,
es más importante todavía dar prueba de
la mayor
fi rmeza y determinación.
A medida que se vayan conociendo nuevos
hechos y elementos, crearemos nuevas líneas
de conducta apropiadas a la situación.
Debe quedar bien claro que el movimiento no
se contentará en ningún momento con promesas,
sino que espera decisiones. Sólo aceptará
suspender la acción si hay un acuerdo de
fi nitivo
que ponga
fi n al confl icto.
Cuando las negociaciones se encuentren en
un «callejón sin salida», se tienen que suspender,
pero nunca se tienen que romper de
fi nitivamente,
ya que así el objetivo de la acción
directa puede ser la reapertura de las negociaciones.
Por lo tanto conviene que haya, a lo
largo de todo el con
fl icto, contactos continuos
con el adversario. En esta etapa es muy importante
tener bien informados de las negociaciones
a los compañeros de marcha.
IV - Llamada a la
opinión pública
Cuando fracasen las primeras negociaciones,
se ha de intentar hacer conocer la injusticia, a
la opinión pública mediante todos los medios
de que dispongamos. Hace falta organizar un
equipo de conferenciantes para dar charlas,
reuniones públicas, cines fórums, montajes
audiovisuales, representaciones de teatro, etc.
Sondearemos la opinión pública con encuestas.
Es muy importante conservar la iniciativa
de la información y velar para que el sentido de
la acción no sea deformado ni falseado.
Con la publicidad, trataremos de hacer tomar
conciencia a la gente de la injusticia y no de
darle mala conciencia. La mala conciencia paraliza
más de lo que moviliza.
Tendremos que esforzarnos en crear un dossier
de prensa, acompañado de comunicados
donde se expondrán las razones y los objetivos
de la acción. (Véase anexo 1 sobre la manera
de hacer una campaña de prensa). Se tratará
también de informar a los partidos, organizaciones,
grupos y personalidades susceptibles
de aportar su apoyo a la acción. A partir de
aquí, se podrán organizar siembras de octavillas,
pintadas, carteles, pósters y manifestaciones,
en las cuales se escogerán adecuadamente
los eslogans, para buscar las palabras
más ajustadas. La fuerza de atracción de las
palabras proviene de su exactitud y no de su
violencia.
En este apartado, podemos incluir los siguientes
tipos de acción de protesta:
Comunicados
La toma de posesión pública de un grupo o
diversas personalidades mediante un comunicado
dado a la prensa puede aportar un apoyo
inapreciable a una determinada reivindicación.
A pesar de todo, este método sólo será
e
fi caz si el texto del comunicado es sufi cientemente
fuerte y concreto como para que el hecho
de
fi rmarlo sea ya de por sí, un compromiso.
Mediante un comunicado se pide aquello,
se protesta por..., o se hace saber una actitud
determinada ante un hecho.
Peticiones
Organizar una petición consiste en recoger
cuantas más
fi rmas mejor bajo un determinado
texto, denunciando una injusticia y reclamando
una determinada solución. Este procedimiento
se revela e
fi caz cuando se consigue
recoger un número muy elevado de
fi rmas. De
todas maneras, sirve para hablar de ello durante
el transcurso de la recogida de
fi rmas
y establecer una discusión del tema a niveles
muy amplios. Recordemos el ejemplo de la recogida
de las 160.000
fi rmas pidiendo la amnistía.
Símbolos
Con frecuencia se utilizan adhesivos, pegatinas
y chapas para hacer publicidad de un
hecho, de un acto, o de una actitud o de un
tema concreto, los cuales pueden distribuirse
personalmente en un determinado círculo de
simpatizantes o bien pegados en los coches,
por las calles, en las cabinas telefónicas, metros,
trenes, etc. Sin embargo hay distintivos
que, por su incidencia, pueden constituir una
acción de importancia. Así, por ejemplo, muchos
de los obreros y funcionarios militarizados
de los servicios públicos, del mismo color y
con una «P» que quiere decir «parados en lugar
de la «M» de militarizado. Este símbolo hace
que la gente tome conciencia de su situación
de parado, hace crecer la solidaridad entre los
que lo llevan y recuerda que hay compañeros
militarizados. Es importante señalar que el diseño
de estos adhesivos debe ser claro y llamativo.
Cualquier observador a primera vista,
debe darse cuenta de su signi
fi cado, y además
debe gustarle estéticamente.
Pintadas
Está muy claro, que por ser uno de los medios
más utilizados, no es necesario dar normas ya
que todos sabemos cómo se hacen. De todas
maneras queremos hacer una observación.
No es necesario que las pintadas se limiten a
una sola frase. Pueden acompañarse de dibujos,
símbolos y además que le den una mayor
atracción. Por comodidad y rapidez sería bueno
utilizar un molde de cartulina con las letras
recortadas de modo que pintando encima el
texto quede marcado en la pared.
Octavillas
Aunque no es necesario que sean de lujo, no
son e
fi caces las octavillas mal hechas, sucias
e ilegibles. Para que un papel sea recogido
del suelo necesita tener atractivo, estar bien
presentado técnicamente, que el texto no sea
excesivamente «pan
fl etario» y que el planteamiento
sea claro. Esto es válido para pósters y
pancartas también. Siempre que posible vale
la pena dar las octavillas en malo.
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Pósters y pancartas
Deben ser fáciles de poner y difíciles de quitar
La imaginación ha de estar siempre por encima
de todo y ha de facilitarnos ideas creativas.
Lo que hicieron los vecinos de un barrio barcelonés
(Gracia) poniendo sábanas blancas en
los balcones con inscripciones alusivas al plan
comarcal es un ejemplo. Hay que procurar introducir
caricaturas y dibujos, pues de esta
manera es más atractivo para el observador.
Han de ponerse en lugares estratégicos: edi
fi -
cios altos, puentes y autopistas, árboles, monumentos,
etc... Una vez se colocó una pancarta
grandiosa en lo alto del Corte Inglés en
Barcelona. Inicialmente estaba enrollada y, a
medida que se iba desdoblando iban cayendo
miles de octavillas que estaban dentro de la
pancarta. En Bilbao y Málaga se han colocado
pancartas en los autobuses y trenes mediante
imanes. Estas son las «pancartas móviles».
Manifestaciones
Fundamentalmente, las manifestaciones
constituyen la expresión de un punto de vista.
El primer requisito es pues la existencia de
este punto de vista y que éste sea claro. La manifestación,
por sí misma no puede modi
fi car
las estructuras del poder. Su objetivo es el de
transmitir una idea o un sentimiento. Es un
paso más allá de la protesta verbal. Es esencial
que las mismas víctimas directas de las injusticias
sean las que participen en la manifestación.
Hay diferentes tipos de manifestaciones:
Marchas, des
fi les, con vehículos, etcétera.
Des
fi les
Si la manifestación no ha sido improvisada,
es decir, que tiene desde el principio un lugar
de salida y un punto de llegada se le denomina
des
fi le. Es pues el método más clásico de la
manifestación pública.
Con frecuencia se quiere desacreditar las
manifestaciones describiéndolas como desordenadas
y violentas. Para invalidar esta acusación
procuraremos dos cosas:
1. Pedir a los manifestantes que guarden silencio
o que canten en grupo. Ambos métodos
producen una gran impresión de unidad
y dignidad. A menudo, el vociferar eslogans y
hablar mucho da la impresión de desunión y
desorden.
2. Establecer un sistema de dirección y orden
e
fi caces (no siempre es posible). Ambas cosas
sirven para mantener la disciplina y la buena
moral de los manifestantes.
Manifestaciones con
vehículos
Los vehículos pueden acompañar a los manifestantes
de un des
fi le tocando el claxon o
inter
fi riendo el paso, bloqueando calles o prestando
auxilio a quien lo necesita para escapar
de un sitio peligroso. Si los vehículos forman
ellos mismos una verdadera manifestación podremos
considerarlo como una «obstrucción».
En Barcelona se hicieron diversas manifestaciones
con vehículos y con resultados muy
positivos: tocando el claxon los días 1 y 8 de
febrero, con motivo de la petición de amnistía,
etc... En determinadas circunstancias los vehículos
pueden encabezar las manifestaciones.
Marchas
Hablaremos de marcha cuando los manifestantes
recorren a pie una distancia larga de
ciudad a ciudad, dentro de una misma región
o incluso entre países diferentes.
Se diferencia de la manifestación tradicional,
en el hecho de que la marcha tiene un objetivo
simbólico, es decir, que empieza y acaba no
en cualquier sitio sino en lugares que tienen
una signi
fi cación directa con el objetivo de la
acción. Una manifestación tradicional suele
prescindir de este requisito, ya que su trayectoria
depende mayormente de la facilidad y de
la comodidad con que pueda desarrollarse.
El objetivo es sensibilizar la población de las
regiones por las que se pasa sobre el problema
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de la injusticia que se pretende denunciar o
del derecho que se reclama. Carteles y pancartas
con inscripciones sencillas y octavillas
dando más explicaciones han de permitir que
los espectadores estén informados de las razones
y los objetivos de la marcha. En cada
ciudad pueden organizarse reuniones públicas
para informar a los habitantes y con el
fi n de
promover un debate público sobre el problema
en cuestión.
Será útil tomar contacto con personalidades,
grupos y partidos de los lugares en donde se
pase. Igualmente, hay que intentar tomar contacto
con las autoridades locales para poder
hacer valer el punto de vista de los manifestantes.
Una marcha puede servir también para atraer
la atención sobre una acción que se hará al
fi -
nalizar la marcha. No es necesario que sean
siempre masivas. Puede hacerse con un grupo
reducido pero dispuesto a llegar al
fi nal.
La marcha más conocida es sin duda la de
«La sal» protagonizada por Gandhi, y que fue
decisiva para la liberación del pueblo hindú.
En nuestro país se han hecho varias. La primera,
fue quizás la marcha de Ginebra a Valencia
pidiendo la libertad de los objetores de
conciencia encarcelados (1971). En diciembre
de 1975, más de 2.000 trabajadores de Authi
hicieron una de 6 h., entre Corrales de Buelna
y Santander para llamar la atención sobre la
situación en que se encontraban (la empresa
quería rescindir el contrato laboral). El mes
de febrero de este año, diversos centenares de
trabajadores y jubilados de Segovia recorrieron
13 Km., solicitando el aumento de pensiones.
El 22 del mismo mes 12 personas hicieron
una marcha de Gerona a Figueras para pedir
la libertad de los objetores de conciencia detenidos
en el castillo militar de Figueras. Pax
Christi, por otro lado, convocó «Marxa de la Llibertat
» durante el verano 76 que recorrió todas
las comarcas de Catalunya para movilizar a su
gente en la lucha por la libertad, la amnistía y
los derechos del pueblo catalán.
Ayuno
El ayuno es un medio de presión moral y de
información que signi
fi ca la resolución de los
participantes de sufrir por la causa que sostienen.
Se diferencia de una huelga de hambre
en que ésta es una presión más directa sobre
el adversario. Es un método de intervención sicológica.
Huelgas de hambre
limitadas
La huelga de hambre limitada es una acción
pública, que, limitada a algunos días, entre 3 y
20, busca denunciar públicamente una injusticia
e informar a la opinión pública. Es una
acción de protesta que de por sí misma, no podrá
generalmente suprimir la injusticia, pero
puede tener, un impacto considerable sobre la
opinión pública, sobre todo si los protagonistas
son conocidos.
Hace falta no abusar de la huelga de hambre
ya que su multiplicación puede cansar a la
opinión pública y se desacreditará este medio
de lucha. La huelga de hambre requiere una
gran preparación psicológica y para hacerla
durar hace falta conocer una determinadas
técnicas de concentración, de meditación y de
relajación.
Cuando se haya terminado, conviene volver a
hacer propuestas concretas al adversario para
ver si se encuentra una solución negociada del
con
fl icto. La efi cacia de estos tipos de acción es
más grande cuando hay una relación personal
entre el practicante y el adversario. Gandhi la
considera como la más difícil de las técnicas.
Requiere, antes de hacerla, mucha re
fl exión,
ya que puede tener consecuencias imprevistas.
No se puede hacer en cualquier lugar. Ha de
ser un lugar tranquilo que no sea de paso.
Consejos prácticos:
1. Antes de la huelga:
— Ejercitarse. Ayunar unas cuantas veces 24
horas (un día a la semana, por ej.), después 48
horas.
— Abstenerse durante los 3 primeros días que
precedan a la huelga de tomar productos animales
(carne y pescados sobre todo), comiendo
especialmente cereales (pastas, sémolas), pan,
legumbres y fruta con un poco de queso.
2. Durante la huelga:
— Conocer las posibilidades de ciertas reacciones
fi
siológicas.
a) vómitos, cansancio y palpitaciones irregulares
durante los dos primeros días.
b) retención de las evacuaciones de vientre en
el segundo día.
— Mantener una actividad mínima tanto física
como intelectual. Lo esencial es pensar que
se está ayunando. No pensar en la comida.
— Se beberá agua pura.
3. Al terminar la huelga:
— El primer día, alimentación ligera, líquida
(agua de arroz, zumos de frutas).
— Después, volver muy poco a poco durante
los días siguientes, a la alimentación más
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substancial, no volviendo a tomar la alimentación
habitual sino después de un número de
días igual al de la duración de la huelga. No
quemar etapas.
4. Contraindicaciones:
— No pueden hacer huelga de hambre todas
aquellas personas que tengan enfermedades
agudas y los diabéticos. Las enfermedades
crónicas se ven, en cambio favorecidas por el
ayuno.
V - Transmisión del
ultimátum
Si fracasan los últimos intentos de negociación,
hará falta
fi jar al adversario un último
término, más allá del cual se dará la consigna
de pasar a la acción directa. El ultimátum
puede ser considerado como la última gestión
en vistas a un acuerdo negociado. De hecho,
la prueba de fuerza empieza con el ultimátum.
Este, en efecto, es más un medio de coacción
que no persuasión. Además el ultimátum es
una llamada a la opinión pública para invitarla
a movilizarse de cara a la acción, por eso,
conviene hacer público el texto del ultimátum.
VI - Acciones directas
Cuando han fracasado todos los medios de
persuasión, es importante poner en práctica
otros de coacción. Subrayemos, sin embargo,
que hace falta proseguir el esfuerzo de persuasión,
muy especialmente de cara a la opinión
pública. A pesar de todo, en este nivel del con
fl
icto, no se trata ya solamente de invitar a la
opinión pública a expresarse, sino de invitarla
a actuar. De todas maneras las manifestaciones
públicas no han de ser interrumpidas.
Cuando el con
fl icto se endurezca es de prever
que estas manifestaciones se prohibirán, y por
lo tanto se tendrá que medir la capacidad de los
resistentes de hacer frente a la represión. Tal
vez hará falta suspender una manifestación si
se ve venir que no se desarrollará sin provocar
graves desórdenes, lo cual desacreditaría
al movimiento. Convendrá entonces, reforzar
el encuadramiento y el servicio del orden de las
manifestaciones y, tal vez, limitar voluntariamente
el número de manifestaciones, pero no,
tratar de suspender las manifestaciones.
Acciones directas
de no-cooperación
Es importante que las acciones de no cooperación
propuestas estén al alcance de h mayoría.
Pedir cosas muy difíciles y arriesgadas, es
reservar la acción para una élite y obligar a los
otros a mantenerse apartados como simples
espectadores. Es pues esencia que puedan
participar cuantas más personas mejor. Esto
no quita que, en general siempre sea preferible
hacerla con poca gente preparada que no con
muchas personas llenas de dudas y poco dispuestas.
El entrenamiento es pues, esencial.
Estarse en casa (hartal)
Un hartal es un día de huelga general en que
se pide a toda la población que deje desiertos
todos los lugares de trabajo, las calles y lo lugares
de distracción y que se quede en casa
Este día, todas las actividades se han de parar:
los pueblos y las ciudades han de aparecer desérticos
y muertos.
Se puede hacer un hartal con la intención de
inaugurar una extensa campaña de acción directa.
Expresa en este caso la determinación
de un pueblo de llevar la lucha hasta que su:
derechos sean reconocidos y respetados. Mani
fi
esta su unidad y su capacidad de disciplina
voluntaria. El éxito de un hartal implica que
la población tenga una fuerte conciencia de
aquello que se juega en el con
fl icto y que haya
dado, ya, signos concretos de determinación.
El hartal puede igualmente presentarse como
una jornada de «duelo nacional» decidido por
la población con el
fi n de expresar sus sentimientos
de desaprobación hacia un hecho o
una política concreta.
Aparte del tremendo efecto que produce, es
de señalar, que es una acción sin riesgos ni
incidentes físicos.
Pueden hacerse también acciones semejantes
al hartal en escala más reducida. Así,
por ejemplo, y por motivos de la muerte por
la guardia civil de un joven, del País Vasco,
en 1975, toda la población de una ciudad de
aquél país se quedó en casa durante toda la
tarde. Las calles quedaron completamente desérticas.
¿Se necesita una prueba más clara de
los sentimientos de aquél pueblo?
En Granada, en Enero de este año, los comerciantes
se manifestaron en una ocasión
apagando las luces de los escaparates durante
todo un
fi n de semana. Las calles no quedaron
vacías, pero sí a oscuras, con lo cual toda la
población de Granada se enteró de sus reivindicaciones.
Devolución y rechazo de
títulos, condecoraciones
y cargos
La devolución o rechazo de títulos y conde
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coraciones no puede tener una in
fl uencia directa
en la relación de fuerzas presentes. Es
esencialmente un gesto simbólico aunque su
impacto sobre la opinión pública puede ser
considerable.
Si diversas personalidades destacadas (catedráticos,
escritores, obispos, etc.) decidiesen
en señal de protesta por la violación de un derecho
humano devolver condecoraciones cargos
y títulos recibidos, este gesto no tendría
solamente valor simbólico sino realmente político.
El escritor Camilo José Cela se negó a
ser presidente del Ateneo de Madrid y dejó de
escribir durante un tiempo en señal de protesta
contra la pena de muerte y la ejecución de
unos «terroristas».
Huelga
La huelga ilustra directamente el principio
de la no-cooperación. Los capitalistas deben
en gran parte su poder económico y social a
la cooperación de los obreros; es preciso que
éstos, cuando son víctimas de una explotación
por sus condiciones de trabajo, de salario, etc.,
cesen de cooperar, para obligar a sus adversarios
de clase a reconocer sus derechos.
La huelga puede ser general o simbólica.
Para que la huelga sea «general y total» requiere
la coordinación de todas las fuerzas
obreras, un elevado nivel de concientización
y, generalmente ha de ser la culminación de
un proceso reivindicativo de envergadura. La
huelga general y total es un arma poderosísima
—posiblemente la más grande— que puede
destrozar .o hundir a un dictador o a un régimen
entero. Siendo, precisamente tan importante,
no puede ser utilizada de cualquier manera.
Lo que no se puede hacer es convocarla
a menudo, sino únicamente cuando hay las
condiciones óptimas para hacerla. Mientras
no llegue este momento las huelgas han de ser
sectoriales o simbólicas.
La huelga al revés
Si lo que entendemos por huelga consiste en
no trabajar, la huelga al revés consiste, como
dice la palabra, en trabajar cuando no toca.
Esta táctica se utiliza, sobre todo en zonas
deprimidas, subdesarrolladas, o con grandes
porcentajes de paro. Consiste en realizar trabajos
necesarios para el pueblo y que el Estado
no quiere hacer, por olvido o por marginación.
Los que trabajan en una huelga al revés demuestran,
entonces al gobierno que hay cosas
para hacer, que si una zona está deprimida o
hay paro es porque los capitalistas no quieren
invertir dinero. Acabados estos trabajos, lo que
hay que hacer es organizar otros tipos de acción
directa para que el gobierno pague a los
trabajadores el trabajo que han realizado por
su cuenta. La huelga al revés ha sido practicada
varias veces por parte de los campesinos de
América Latina con resultados sorprendentes.
También fue empleada ejemplarmente por los
parados sicilianos, reparando, sin autorización
una carretera (1956), ocupando y cultivando
tierras abandonadas por los terratenientes y
regando otras tierras olvidadas por el Estado
italiano.
El año pasado los aceituneros de Málaga recogieron
las aceitunas de la recolección puesto
que los propietarios no lo querían hacer, porque
decían que no era rentable. Los campesinos
decidieron hacerlo por su cuenta y riesgo.
Ante la negativa y oposición de los propietarios
fue establecido un pleito, que acabó concediendo
el permiso a los campesinos para
que recogiesen y distribuyesen los productos
abandonados.
Boicot económico
El principio del boicot es el mismo principio
de la no-cooperación. Los propietarios de una
empresa comercial deben su riqueza a la cooperación
de sus clientes. El boicot consiste,
por ejemplo, cuando los propietarios se niegan
a satisfacer una reivindicación esencial del
personal, a retirarle el bene
fi cio de esta cooperación
con la
fi nalidad de ejercer sobre ellos
una presión social que les obligue a ceder. El
poder de compra de los consumidores se convierte
entonces, en un verdadero poder social
que se opone al poder del adversario. Claro está
que el boicot sólo tendrá éxito si un porcentaje
elevado de la población se une al movimiento.
para conseguirlo es esencial que el objetivo sea
particularmente claro y concreto.
Un boicot ejemplar fue el llevado contra los
autobuses de Montgomery, en 1955-56 por
parte de los negros de Alabama (EUA). Tuvo
como resultados la supresión de la segregación
en los autobuses y produjo una toma
de conciencia entre los negros. Los chicanos
(americanos de origen mejicano) organizaron
un boicot a la uva de California que ellos recogían,
para presionar una alza de salarios y
una mejora de las condiciones de trabajo. Este
boicot tuvo un cariz internacional. Las compañías
propietarias tuvieron que ceder ante las
reivindicaciones.
En nuestro país son célebres los boicots a los
tranvías de Barcelona en los años cincuenta
para protestar contra el alza de precio de los
billetes, y el boicot a «La Vanguardia» dirigida
por Gallinsoga, rabioso despreciador de todo lo
que sea catalán.
En Andalucía se ha hecho recientemente un
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boicot a los productos no andaluces. Generalmente
se hace así: un grupo de 40 ó 50 personas,
iban por todos los supermercados de
una ciudad pidiendo unos determinados productos
(todos ellos fabricados en Andalucía).
Si no los tenían no compraban nada y hacían
constar que era porque no tenían productos
de su tierra. Está claro que si esta táctica se
constituyese en costumbre, los propietarios de
supermercados y tiendas no tendían otro remedio
que comprar productos andaluces para
vender con normalidad. Otro tipo de boicot que
se utiliza corrientemente es el de la publicidad
en los cines. Se trata simplemente de aplaudir
y hablar mientras se proyectan anuncios.
El boicot, aparte de su e
fi cacia cuando se
lleva hasta el
fi n, tiene muchas ventajas: no
ofrece ningún riesgo, puede ser practicado por
todo el mundo, es anónimo, promueve la solidaridad
y minimiza la violencia.
Boicot social
Podemos decir que se trata del boicot a las
personas, el ostracismo. Se trata generalmente
de romper las relaciones, de rehusar todo
servicio de aquéllas que colaboren con la injusticia
que pretendemos combatir. Esta acción
ha de ser utilizada por precaución, ya que
fácilmente, puede degenerar y convertirse en
manifestación de odio y de desprecio. El boicot
social puede ser utilizado de distintas formas:
desde boicotear encuentros o
fi ciales, a manifestaciones
deportivas. No acudir a las clases
de determinados profesores, etc.
Rechazo al impuesto.
Huelga de alquileres y
recibos. Rechazo a los
pagos
El rechazo a pagar un impuesto es una variante
del boicot económico. Es una táctica radical,
que antes se utilizaba a menudo. Puede
explicarse parcialmente reteniendo, por ejemplo,
las tasas escolares. El dinero no pagado
puede destinarse al mantenimiento de otras
acciones. Las represalias como consecuencia
de esta acción pueden ser fuertes, pero la fuerza
de la llamada moral que implica ha asegurado
la e
fi cacia del rechazo al impuesto para
muchas campanas de acción.
Puede tener una verdadera dimensión revolucionaria.
Recordemos el rechazo de los colonos
americanos del siglo XVIII a someterse a la
«Stamp Act» (papel timbrado) y al «Townshend
Act» (impuestos sobre las importaciones) impuestos
por la metrópoli, desencadenó todo el
movimiento independentista.
Pero conviene precisar, que la negativa a pagar
el impuesto no se puede justi
fi car por una
oposición al mismo principio del impuesto. No
solamente es legítimo (el impuesto), sino que
es necesario que los miembros de una comunidad
participen en el
fi nanciamiento de las
realizaciones de su comunidad. El pago del
impuesto es el ejercicio práctico de la solidaridad
que ha de unir todos los miembros de una
misma comunidad.
La negativa a pagar todo o parte del impuesto
puede entenderse desde dos perspectivas
distintas. Puede tratarse en primer lugar, de
hacer cesar una injusticia de la que uno mismo
es la víctima, por ejemplo, unos impuestos
marcan categoría social, o un sector de actividad
de manera abusiva, es legítimo a los que
son víctimas de este abuso negarse a pagar estos
impuestos, con la
fi nalidad de obligar al
gobierno a hacer justicia.
En segundo lugar, se puede tratar de oponerse
a una decisión injusta del gobierno, no
aceptando que el
fi nanciamiento de esta injusticia
sea alimentado por el propio bolsillo,
y poniendo en práctica todo lo que sea posible
para obligar al gobierno a desistir de esta decisión.
Las personas que quieran hacer alguna
vez esta acción han de estar dispuestas a llegar
hasta el
fi n.
De hecho no es necesario que el rechazo sea
estrictamente a un determinado impuesto. A
veces se trata de rechazar unos recibos excesivos,
o unos alquileres...
En el verano del 74, la mayoría de los abonados
de FECSA en La Ametlla de Mar se negaron
a pagar los recibos de la luz como protesta por
la posible construcción de dos centrales nucleares.
Más recientemente, los transportistas
dejaron de pagar el impuesto de circulación en
señal de protesta por el excesivo aumento de
este impuesto.
Objeción de conciencia
La objeción de conciencia es la actitud de
quien se niega a obedecer una orden, una ley,
sin examinar previamente su legitimidad; pretende
comportarse de acuerdo con su conciencia
y no según un sistema de pensamiento de
fi
nido de una vez para siempre.
La actitud de objeción de conciencia más extendida
es la que hace referencia al servicio
militar.
En este sentido, y dejando aparte la actitud
de los testigos de Jehová, la objeción de
conciencia (OC) al servicio militar puede considerarse
desde dos perspectivas. En primer
lugar, puede tratarse por parte de los que están
convencidos de la e
fi cacia de los métodos
noviolentos en caso de agresión extranjera, de
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reivindicar el derecho a ser reconocidos como
ciudadano de pleno derecho. Ya no es admisible
que los Estados impongan a todos los ciudadanos
el instrumento de la violencia como
único medio de asumir sus responsabilidades
cívicas en caso de con
fl icto internacional. En
segundo lugar la OC puede ser utilizada como
una forma de oponerse a la política del gobierno
en un lugar determinado, sobre todo cuando
el papel llevado a cabo por el ejército para
poner en práctica esta política es de primera
importancia. En este caso la OC es un método
noviolento utilizado para combatir una política
concreta, pero no implica, como en el caso
anterior, una opción fundamental por la noviolencia.
Huelga de hambre
La huelga de hambre ilimitada no tiene ya
por objetivo —como en el caso de la limitada—
protestar contra una injusticia. Los que la
emprenden pretenden continuarla hasta quo
hayan conseguido lo que piden, es decir, hasta
que la injusticia que se denuncia haya sido
suprimida.
Por su gravedad, la huelga de hambre ilimitada
ha de cumplir unas condiciones y unos
criterios determinados. Es preciso, especialmente,
que los que la hacen hayan optado,
antes, por otras acciones más suaves y que
el adversario se haya negado a escuchar o a
atender las peticiones anteriores. Una huelga
de hambre ilimitada ha de ser por motivos graves
y después de verse que el objetivo se puede
conseguir dentro del plazo de duración de
la huelga. La ilimitada no puede ser un acto
de desesperación, sino de re
fl exión, de presión
y al mismo tiempo posibilista. De otra manera
sería suicida, aunque fuese para llamarla
atención pública (recuérdese la inmolación de
los budistas vietnamitas). Pensemos que todo
aquel que emprende esta acción se arriesga a
morir, y el que decide correr este riesgo voluntariamente
ha de asumir la responsabilidad
hasta las más extremas consecuencias.
Sería chantaje inadmisible hacer presión
sobre el adversario amenazándolo de hacerlo
responsable de la posible muerte del protagonista
de la huelga. Las únicas responsabilidades
que le han de ser atribuidas a lo largo de la
huelga son las que tiene efectivamente cuando
la injusticia es denunciada.
Para que el objetivo pueda ser conseguido en
un plazo breve, la opinión pública debe estar
ya sensibilizada sobre la injusticia que se denuncia.
La huelga del hambre ilimitada ejerce
entonces un papel de catalizador que moviliza
energías populares que, hasta el momento,
habían quedado escondidas. Gandhi decía que
era más conveniente ayunar contra los amigos
que contra los enemigos.
La presión que ha de ser decisiva para conseguir
el objetivo no ha de ser la de la huelga
del hambre, sino aquélla que la ha suscitado.
Cuando Xirinachs hizo la huelga de hambre de
21 días el año 70, no lo hacía solamente para
protestar contra una decisión del gobierno. El
objetivo era también cristalizar y presionar a
la oposición para que se uniera y alertara al
pueblo catalán para que asumiera sus responsabilidades
como nación. Esto requiere la solidaridad
y cooperación de diversos grupos para
que hagan extensibles a todos los niveles las
pretensiones de la huelga.
Como un triunfo de la huelga recordaremos
que fue gracias a una huelga del hambre a
muerte, como Louis Lecoin, que entonces tenía
74 años, consiguió obtener el reconocimiento
legal en Francia del derecho a la objeción de
conciencia, el año 1962.
acciones directas
de intervención
Si la manifestación es una confrontación directa
con el público y uno ha de esforzarse
para unirlo a la causa para que haga su
fi ciente
presión como para provocar el cambio buscado,
si la acción de no cooperación tiene como
objetivo cortar las fuentes del poder del adver
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sario y obligarlo así a satisfacer las reivindicaciones
que le son presentadas, la intervención
noviolenta es una confrontación directa
con el adversario, que se verá situado delante
de hechos consumados, y el enfrentamiento
es inevitable. La intervención provoca desgraciadamente
las represalias y la represión, por
lo que los riesgos han de ser cuidadosamente
calculados.
Revolución divertida
La mayor parte de las acciones que comentaremos
a continuación, si se hacen con originalidad
y preparación, pueden causar un gran
impacto entre el pueblo, no solamente por los
resultados, sino por su propia calidad. Pueden
incluso resultar divertidas, agradables de hacer
y observar. Esto no es ninguna teoría. Es
un factor de primerísima importancia de cara
a la acción. La REVOLUCION DIVERTIDA pretende
ser esto. ¿Recordáis la acción de las gallinas
en las Ramblas de Barcelona? Analizad
los resultados: se hace difusión de la idea de
la amnistía, la gente se para y lo mira con interés
y curiosidad (más que un cartel o una
octavilla), el hecho resulta simpático, la idea
se multiplica y salen gallinas en otras poblaciones,
las fuerzas del orden lo pasan muy mal
para cogerlas y resulta de un ridículo que es
«demasié»...
La Revolución Divertida no puede clasi
fi carse
en ningún apartado ni las acciones que la
componen pueden ser enumeradas en un orden.
Sus posibilidades son ilimitadas, siempre
que haya IMAGINACION, DECISION y... buen
humor.
Además tiene que tener una gran componente
de originalidad. Más ejemplos: El día de Reyes
de este año, en Zaragoza, varias estatuas de la
ciudad fueron vestidas con camisetas pidiendo
amnistía. Por la cabalgata de Reyes en Calella
aparecieron gran cantidad de globos pidiéndola
también. En marzo, en el metro de Plaza Cataluña,
aparecieron más de 60 globos de colores
de los cuales colgaban pancartas pidiendo
libertad para los objetores de conciencia. El 27
de enero en la plaza Universidad, aparecieron
cajas de cartón que formaban un monumento
parecido al que existía antes de la guerra en
memoria del Doctor Robert. En muchos barrios
de Barcelona, carentes de señalización, a
veces han aparecido semáforos de cartón. En
Sarriá hay una plaza sin árboles y la juventud
plantó un árbol simbólico y cambiaron el nombre
de la plaza por el de «la plaza del árbol».
El mes de abril los vecinos de Hospitalet protestaron
contra el ruido de la factoría de Altos
Hornos de Cataluña haciendo una estridente
silbada, que duró 2/4 de hora. «Todo Dios» se
enteró. En San Baudilio, en el barrio de Casablanca,
para protestar contra el despido de un
profesor de una escuela, todos los profesores
y alumnos se llevaron las mesas, pizarras, sillas
y libros a un descampado para dar allí las
clases, hasta que la Dirección de la escuela no
reconsidere su posición... Como éstos, podríamos
dar miles de ejemplos. ¡La imaginación a
la calle!
Confraternización
Esta acción consiste en salir y hablar con el
adversario o con las fuerzas del orden e intentar
convencerlos de que nuestra causa es justa.
Esta práctica no es fácil pero a veces ha
sido muy útil.
Happening
El happening es, sin duda, el componente
principal de la revolución divertida. Es un elemento
comunicativo nacido en la época hippy
de los años 60 y utilizado por la mayor parte
de los grupos radicales y contraculturales europeos.
Originariamente se trataba de espectáculos
mediante los cuales los actores se proponían
terminar con el divorcio entre ellos y el
público. El happening transformaba el espectáculo
clásico y tradicional en una
fi esta llena
de fantasía e imaginación, más que de ideas
hechas y raciocinios.
Poco a poco el happening se convirtió en un
espectáculo callejero en el que se mostraba,
por un lado, las contradicciones del sistema
burgués y capitalista y, por otro, las in
fi nitas
posibilidades de establecer una comunicación
con el pueblo utilizando la expresión directa.
El happening puede ser, simplemente, un espectáculo
folklórico, sin «gancho» y sin ninguna
intención (una payasada). Pero bien realizado,
es uno de los instrumentos más e
fi caces
para hacer comprender una idea al público a
través de la ironía y de la parodia. Miremos
algunos ejemplos de happenings que se han
hecho en nuestro país. En julio del 74, los vecinos
del Carmelo (barrio de Barcelona), para
protestar contra la falta de transportes en el
barrio, organizaron el «I Gran Cross del Carmelo
», que consistía en subir a pie y corriendo
las calles que iban hasta la cima de la montaña
del barrio. Este Cross iba acompañado
de una banda de música y otros ingredientes
que hicieron muy simpática la acción. A causa
de todo este montaje, la respuesta popular
fue masiva. En junio de 1975, en Bellvitge se
celebró la construcción de un Instituto de Enseñanza
«de cartón» en el sitio donde se había
previsto la construcción del verdadero desde
hacía mucho tiempo. En noviembre del 73 los
estudiantes de la Autónoma de Barcelona organizaron
un «pic-nic» en el campus de la Universidad,
con tiendas de campaña, mesas de
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camping, etc. En junio del 72 dos jóvenes que
paseaban por Valencia en bicicleta y llevando
la cara cubierta con caretas de anti-gas, con
batas blancas de las cuales colgaban unos carteles
que decían: «Polución, AGGG.. En marzo
del 75, los vecinos de la Sagrera y San Andrés
(barrios de Barcelona) participaron en la colocación
de una maqueta de cartón que representaba
un colegio que el Ayuntamiento había
previsto construir y que nunca edi
fi caba;
antes se hizo un pasacalle por el barrio, con
pancartas, caballos y carros. Después se organizaron
carreras de sacos para los niños y un
concurso de maquetas para la futura escuela,
canciones, etc.
Los vecinos de Sarriá, por su lado y también
en marzo del 75, hicieron un des
fi le por el barrio
envueltos en cajas de cartón. Cada caja representaba
uno de los edi
fi cios del barrio que
están en peligro de desaparición a causa de la
especulación. Otra caja tenía forma de excavadora
y chocaba contra las otras, otra pedía la
dimisión del concejal, etc. Además iban gigantes
y cabezudos y el correspondiente pasacalle.
En julio del 75 los vecinos de Colonia la Paz,
de Madrid, organizaron un concurso de captura
de ratas, bajo el lema «Mátame una rata, por
favor», para protestar contra las malas condiciones
sanitarias de la zona. A
fi nales del 75
en el barrio bilbaíno de SANTUTXU se organizaron
una cacería de ratas y cuando hubieron
cazado una buena cantidad las llevaron al
Ayuntamiento en varias carretillas para hacer
allí entrega de lo cazado.
Los actores de teatro se han manifestado alguna
vez por las Ramblas de Barcelona vestidos
de novios simbolizando la boda entre la
«censura» y el arte. Mientras se paseaban iban
gritando «Viva la censura» y cosas parecidas,
con bastante ironía como para el público que
lo observaba se diese cuenta de por dónde iban
los tiros.
Teatro de calle
El teatro de calle es un happening más completo
que consiste en representar al aire libre y
de forma espontánea (no se anuncia con anterioridad)
una obra corta de teatro o un «sketch»
(puede durar sólo un minuto) sobre un tema
que se quiere discutir entre el público que lo
observa. Es una provocación a la discusión.
Un claro ejemplo es el que realizaron por los
últimos días del año pasado unos grupos paci
fi
stas alemanes en Berlín. El tema a representar:
Chile y Pinochet. La representación se desarrolló
así: Un chico paseaba tranquilamente
por una calle muy transitada de la ciudad
cuando, de repente, se le acercan tres chicos
vestidos de soldados, con escopetas «de pega» y
lo detienen. Lo llevan hacia la pared de la calle,
le ponen las esposas, una venda en los ojos y
le dicen que lo van a fusilar. Los «soldados»
apartan a la gente del lugar del fusilamiento,
se preparan en la posición de rigor y disparan
unos tiros. El detenido cae muerto. Los «soldados
» lo cogen, lo incorporan, lo sientan en
una silla colocada encima de un entarimado y
le ponen un cartel en el pecho que dice «Muerto
por los soldados de Pinochet». Por supuesto
hubo quien pensó que lo mataban de verdad y
se puso a chillar. El conjunto es impresionante.
Después de la «representación», los actores
repartieron información sobre la situación de
los detenidos en Chile.
Vigilia, Velada, piquete
La vigilia es una acción de comunicación que
consiste en quedarse en un mismo lugar en
señal de protesta. Es como una manifestación
inmóvil. Requiere mucha persistencia, ya que
tanto puede durar dos días como dos años. Si
la vigilia dura poco tiempo, recibe el nombre
de piquete.
Las vigilias pueden ser individuales o colectivas.
Generalmente conviene hacerlas en silencio.
No tiene que haber protagonistas ni
personalismos. Es una acción conjunta y cohesionada.
Puede hacerse de forma circular o
en línea recta, procurando siempre no molestar
el trá
fi co. Esta acción tiene un gran efecto
visual, y por eso se tendrá que vigilar la conveniencia
de ampliar o reducir el lugar para darle
más vistosidad.
Aparte del silencio, hace falta mucha compostura.
Hace falta que sea una acción seria.
Los que la hacen pueden ir acompañados de
personas que expliquen a la gente que lo pregunte
el signi
fi cado de la acción. Se tiene que
procurar no fumar y no distraerse, observar a
la gente, no a las nubes. De tanto en cuanto se
puede variar la formación de los «vigilantes». Si
se está normalmente en línea, puede hacerse
un círculo durante un rato. En la vigilia, más
que el número de participantes, lo que importa
es la calidad de la acción.
Los «captaires de la pau» están haciendo una
acción de este tipo. Desde el día de Navidad de
1975, permaneciendo todo el día ante la Cárcel
Modelo de Barcelona, para señalar la necesidad
de la amnistía. Dos trabajadores de ELSA,
del Bajo Llobregat, empezaron una vigilia enfrente
de la puerta de su empresa, de donde
habían sido despedidos durante la huelga que
llevaban a cabo durante algunos días, con la
intención de manifestar públicamente su deseo
de reincorporarse al trabajo. El ejemplo se
extendió y al cabo de unos días, diversos trabajadores
despedidos de CORBERO, TUBAU
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TO, DENTEX y P. CERVERA se colocaron delante
de la puerta de la empresa en la misma
actitud.
Cantada
La cantada consiste en «cantar las cuarenta»
a un personaje público denunciando la inmoralidad
de su actitud ante un problema determinado.
Es una acción dirigida únicamente
a una persona. Esta denuncia puede hacerse
encartelándose, en una vigilia, etc.; para hacerlo,
es indispensable tener un equipo de personas
dispuestas a continuar la acción, en el
caso de que el primero sea detenido. De esta
manera el personaje denunciado se verá obligado
a ir encarcelando continuamente a los
«relevos» con lo cual dará una triste imagen de
cara a la opinión pública. Si los que hacen la
acción son muchos pueden acabar ganando y
quedar,
fi nalmente, impunes, ya que la autoridad
puesta en entredicho habrá de
fi jar un
límite a su desprestigio.
Gandhi ponía en práctica una acción parecida
que se llamaba «Hauting» y que consistía
en «perseguir» a un personaje público «no
deseado» por el pueblo. Cuando esta persona
salía a la calle se encontraba con un grupo
de personas, que, lo iban siguiendo por todas
partes, fuera al trabajo, al cine, a casa de un
amigo, o a donde fuera. Los seguidores se iban
turnando. Finalmente la persona perseguida,
cambiaba de actitud, se quedaba todo el día en
casa, o le daba la histeria o la neura...
Encartelados
Encartelarse consiste en ponerse un cartel
delante del pecho y otro en la espalda unidos
por un cordel. En los carteles hay un mensaje
que puede ser una frase, una palabra, o un
dibujo.
Esta manera de manifestarse ha sido empleada
particularmente durante ocho años por los
objetores de conciencia. Tiene mucho más impacto
si se hace en grupo con textos diferentes
(sobre un mismo tema) y guardando una distancia
prudente entre cada uno para no obstaculizar
la lectura al cartel del que viene detrás.
Si es posible se recomienda, ir vestido de una
manera simbólica; así, para protestar contra
la detención de objetores, los encartelamientos
se suelen hacer con el clásico vestido de rayas
del prisionero. El impacto es mucho más fuerte,
es de vital importancia que las frases que se
pongan en los carteles se escojan con mucha
atención. No se trata de poner las que más nos
gustarían a nosotros, sino las que puedan tener
más incidencia en aquéllos que las lean. El
encartelamiento se ha de hacer con seriedad y
se ha de andar despacio sin huir de la responsabilidad
de su acción.
Encadenamientos
Tal como indica la palabra se trata de encadenarse
(con una cadena fuerte) en un lugar
donde circule mucha gente. El encadenamiento
llevará un cartel donde explicará qué pide
o de qué protesta. El encadenamiento se hace
para dar más vistosidad a la acción y para di
fi
cultar la detención. Es pues, un paso más
arriesgado que el encartelamiento, ya que aquí
se está dispuesto a la detención. El encadenamiento
se ha de efectuar en un lugar elevado
(encima de una cabina telefónica), un estanco,
un banco, un palo, ... para que pueda ser visto
por la mayoría de la gente. Si es colectivo, los
encadenados pueden ir atados, también, entre
ellos.
Generalmente la cadena tiene un signi
fi cado
simbólico que representa el encarcelamiento
de alguna persona. Para dar más impacto, los
encadenados han de procurar repartir octavillas
explicativas. Si no pueden hacerlo, pueden
ir acompañados de otras personas con esta
misión.
«Sentadas»
La «sentada» es una manifestación de gente
en un lugar público. Este método puede ser
utilizado también por los participantes de una
manifestación cuando tropiezan con la policía.
Permite entonces efectuar una ocupación del
terreno, que resulta muy difícil de «limpiar» y
se consigue alargar la manifestación. En este
momento pueden ocurrir dos cosas: 1) que las
fuerzas de la policía retrocedan y decidan no
cargar sobre una masa silenciosa de gente,
cuya única culpa es la de permanecer sentada
en la calle. 2) que las fuerzas del orden ataquen.
En los dos casos se trata de medir el riesgo
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que se corre a partir del clima político y social
en el cual se desarrolla la manifestación. Si se
toma la decisión de llegar hasta el
fi n es conveniente
que las primeras
fi las de manifestantes
estén preparadas, psicológica y técnicamente
(se trata sobre todo de protegerse la nuca con
las manos) si la policía no logra dispersar la
manifestación por la violencia se ve obligada a
llevarse uno a uno todos los manifestantes. Se
trata entonces, de rehusar toda cooperación
con la detención, haciéndose el muerto mediante
la técnica del estómago caigo.
No es preciso que las sentadas se hagan en la
calle. Pueden hacerse en sitios cerrados públicos,
como cines, bares, ayuntamientos, etc...
Generalmente la sentada es el complemento de
otra acción. Se han de hacer con riguroso silencio,
sin responder a las agresiones, sin reír
ni gritar, y con amabilidad... No han de obstaculizar
el paso a nadie porque entonces se
trataría de una «obstrucción». Las «sentadas»
no se han de hacer en cualquier sitio, sino en
locales que son propiedad del adversario, con
la
fi nalidad de imponerse a él como interlocutores
y obligarle a negociar. Durante una huelga
obrera, por ejemplo, este método consistirá
en ocupar pací
fi camente los despachos de los
patrones.
En Granada en abril del 75, un centenar de
personas hicieron una «sentada» muy curiosa:
fueron a un bar de una calle transitada.
Se sentaron y pidieron, cada uno una cerveza.
Servidas las cien cervezas, nadie la tomó. Los
cien permanecieron sentados con serenidad y
en silencio y con los brazos cruzados, la gente,
evidentemente se preguntaba qué pasaba y un
grupo aparte explicaba que era una acción de
protesta contra el paro existente en la provincia.
Fue muy espectacular.
Estar de pie (stand-in)
Es la ocupación de un lugar, permaneciendo
de pie. Se hace particularmente en lugares
donde la gente suele estar sentada (espectáculos),
iglesias, etc...)
Ocupación móvil
Consiste en moverse constantemente en un
lugar ocupado, generalmente siguiendo un circuito
fi
jado con anterioridad. Esto permite dar
la impresión de que des
fi lan numerosos manifestantes.
Es un remedio para cuando se hace
difícil hacer una manifestación convencional.
Interferencia
Es el acto de interponerse entre dos cosas.
Consiste en hacer de pantalla entre dos personas
que se pelean (de un policía y un manifestante,
por ejemplo) o ponerse delante de
una excavadora o de un jeep para detenerlo.
Es una acción muy arriesgada, de situaciones
límites y que requiere mucha seguridad en sí
mismo.
Obstrucción
Es parecida a la interferencia pero, así como
la anterior es una acción de disuasión efectuada
por un número reducido de personas, la
acción de obstrucción supone una acción de
masas capaz de bloquear materialmente las
fuerzas del adversario.
La obstrucción consiste en impedir la libre
circulación por la vía Pública haciendo del
propio cuerpo un obstáculo inevitable para el
que quiera pasar Se puede utilizar la obstrucción,
entre otras cosas, para obtener el paro
y la inmovilización de vehículos, para impedir
una construcción no deseada, para di
fi cultad
la entrada de un lugar determinado, etc... Últimamente
se han utilizado otros procedimientos
de obstrucción utilizando o no el cuerpo,
sino los vehículos, ya sean coches, tractores
o camiones. Aquí el objetivo no es solamente
di
fi cultar los desplazamientos del adversario o
hacer imposible la cooperación con él, sino impedir
simplemente el trá
fi co con la fi nalidad de
crear la ocasión que permita dar a conocer la
injusticia ante la opinión pública.
Un ejemplo de obstrucción es la acción que
se hizo por 10.000 japoneses en 1956, que
ocuparon un lugar previsto para construir una
base americana. Después de algunos días de
obstrucción, los planes de construcción de la
base fueron abandonados.
Una acción de obstrucción que utilizaban a
menudo los grupos de M. Luther King, consistía
en que un grupo al menos de 100 personas
negras iban a un supermercado en el cual se
practicaba la segregación racial. Al entrar todos
al mismo tiempo no se lo podían impedir.
Cada uno de ellos cogía un carrito de compra
y se dedicaba a pasear todo el rato dando vueltas
por el súper, pero sin comprar nada. Todos
hacían igual. Aquél día no vendían ni por el
valor de un duro.
En España, en alguna ocasión se han hecho
acciones parecidas para protestar contra la excesiva
alza de los precios de algunos productos.
Un número considerable de personas van
a un supermercado (casi ocupándolo), cogen
los carritos de compras y los llenan de comida
hasta el máximo. Después se dirigen hacia
la caja, dejan el carro lleno y se marchan
tan frescos, sin comprar nada. Todos hacen lo
mismo. Total: Todos los carros llenos de comida,
no vendían nada y les daban un trabajo
tremendo.
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En la R.F. Alemana unos cuantos miles de
personas se concentran regularmente en
Whyl, población en la cual se quería construir
una central nuclear. A parte de las concentraciones,
diversas docenas de personas han improvisado
unos habitáculos de madera y latón
en el lugar justo donde se pensaba instalar la
central. Después de unos años de insistencia
han conseguido que la central no se construya.
En España, los habitantes de Valencia de
D. Juan, población donde se quiere construir
una central nuclear, ocuparon León con tractores
en señal de protesta, parecido a lo que
los habitantes de Larzaç hicieron en París (éstos
con tractores y ovejas ocuparon la torre Eiffel).
En Barcelona, los vecinos del barrio de
la prosperidad han estado ocupando diversos
días las calles y han bloqueado el tránsito en
protesta por la falta de semáforos que regulen
lugares peligrosos.
Encierros
Consisten en encerrarse un grupo de gente,
en algún lugar. Para que sea efectivo depende,
especialmente, de dos factores: el número de
gente que la haga, y del apoyo exterior. Este
ha de preparar con un buen equipo de prensa
y difusión. Lo que se pide en el encierro ha
de ser objetivo, concreto y limitado, factible
de conseguir en corto plazo. Si no, tiene poca
fuerza. Tiene más fuerza, también cuando los
que la hacen pertenecen a un mismo cuerpo
ya sea profesional o laboral.
Ocupación de lugares
públicos
Es una obstrucción en un lugar público sin
obstaculizar el paso. El efecto depende del número
de participantes. El primero de abril de
este año los jubilados de Barcelona ocuparon
el Instituto Nacional de Previsión en señal de
protesta por las bajas pensiones que reciben.
En mayo del 75 centenares de personas ocuparon
la playa de Badalona con pancartas, para
protestar contra la construcción de un puerto
deportivo.
Comportamiento social
anticipado
Es la realización parcial e inmediata del objetivo
buscado. Es parecido a la huelga pero
al revés, aunque esta acción sólo quiere hacer
una obra que el Estado no está dispuesto a
realizar sin pedir retribución a cambio. Muchas
tentativas de autogestión pueden considerarse
dentro de esta categoría. En Can Serra,
por ejemplo, un día los vecinos rompieron
una pared que cercaba un solar que el barrio
reivindicaba como suyo, con la intención de
construir un jardín. En el barrio de Horta los
vecinos también hicieron por su cuenta la limpieza
de un solar abandonado y lo acondicionaron
como parque público.
En un barrio de Sta. Coloma que estaba incomunicado
al no disponer de servicios de
transporte, la compañía de autobuses se negaba
sistemáticamente a establecer una línea diciendo
que estos vehículos no tenían su
fi ciente
fuerza para subir las pendientes del barrio. Un
día los vecinos secuestraron unos cuantos autobuses
y los hicieron subir hasta la cima del
barrio, demostrando que podían llegar y que
si la compañía no quería ponerlos en servicio,
era por intereses económicos.
Solicitud para entrar
en prisión
Es una acción desconcertante para el poder
que usa el miedo a la policía y a la cárcel. Es
un medio e
fi caz para concienciar a la opinión
pública.
Hecho en pequeña escala es un simbolismo,
a no ser que lo hagan determinadas personalidades
de gran in
fl uencia o incidencia en la
vida del país (obispos, procuradores, políticos
dirigentes de partidos, etc.).
Practicada en gran escala tendría unos efectos
realmente sorprendentes.
La marcha de Ginebra a Valencia, en el año
1971, tenía como objetivo
fi nal pedir a las autoridades
españolas que encarcelaran a todos
los participantes (más de 600) en Valencia,
donde estaba detenido el objetor de conciencia
Pepe Beúnza.
Desobediencia al Poder
Más que una acción se trata de una estrategia.
Puede tomar diversas con
fi guraciones:
rechazar la identidad, falsa identidad, objeción
de conciencia, etc. Cuando lo hacen los
funcionarios, la estructura burocrática de un
país puede desvanecerse muy rápidamente.
Xirinacs es un ejemplo de actitud constante de
desobediencia al poder.
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Ignorar al poder
Es una actitud que escogió el parlamento
Húngaro frente a la monarquía austríaca en
el siglo XIX, desobedeciendo deliberadamente.
Los checoslovacos siguieron una actitud similar
con las autoridades soviéticas, aunque
sin perseverar en su actitud y sin entrenamiento.
El «boicot a unas elecciones» tiene un gran
valor para rechazar una parodia de democracia
y constituye una gran incomodidad para el
poder.
Usurpación civil
En vez de abandonar el lugar de trabajo y cesar
toda actividad, puede ser más e
fi caz para
poner en jaque el sistema, atacarlo desde dentro,
permaneciendo cada uno en su puesto
de trabajo. En este caso se trata de no hacer
caso de las instituciones procedentes de arriba
siguiendo, en el propio trabajo, las consignas
del movimiento obrero. En lugar de iniciar
una huelga, los trabajadores y funcionarios
pueden ejercer sobre el gobierno una presión
más fuerte poniendo al servicio del movimiento
obrero sus propias herramientas.
La usurpación civil es pues, una estrategia
que se inscribe en el interior de las estructuras,
pero que efectúa una ruptura contra el
sistema dominante y desafía abiertamente a la
jerarquía. Se trata de apartar las estructuras
del objetivo que les ha sido asignado por el sistema
y de cambiar su e
fi cacia en contra suya
(del Sistema).
Esta estrategia puede ser utilizada con la
fi -
nalidad de analizar directamente en la práctica
el cambio que quiere provocarse (táctica del
«control obrero»).
Como ha sido explicado, en el contexto de la
lucha de clases, tomar el control, por parte de
los trabajadores, es dejar de hacer el juego. Son
ellos mismos quienes deciden sus condiciones
de trabajo y, sobre todo, de producción. Es negar
totalmente la colaboración con el aparato
en vigor. Para el trabajador es tomar en sus
manos la vida de la empresa (formación profesional,
cadencias, seguridad, horarios, reparto
de trabajo, movimientos de personal, etc.).
Digamos también que este ejercicio de control
obrero sólo puede ser «transitorio» y ligado
a una relación de fuerzas. Suele acabar con
un enfrentamiento global con el adversario de
clase (Lock-out). Pero, sobre todo, el ejercicio
del control colectivo continúa siendo el mejor
aprendizaje, para el proletariado, de las responsabilidades
que le esperan en el momento
de tomar el poder y de la transición al socialismo.
LIP es un ejemplo de ello. Esta fábrica
francesa de relojes iba a cerrar porque los dueños
la consideraban «poco rentable», los obreros
ocuparon la fábrica e hicieron funcionar
la producción y la renta varios meses demostrando
que eran capaces de funcionar incluso
mejor que antes.
En otro estadio, los estudiantes han aprovechado
muchas huelgas para organizarse ellos
mismos las clases, con nuevas materias y otros
sistemas de enseñanza, El ejemplo es también
válido para otros sectores, particularmente
vulnerables de la sociedad, en lugar de un ataque
directo contra el poder del Estado, inspira
instintivamente y de manera muy e
fi caz las
acciones actuales en Europa, La revolución a
«ras de tierra», es decir, la transformación radical
de una sociedad mediante la democratización
sucesiva de las nuevas instituciones de
abajo para arriba ha sido siempre uno de los
puntos básicos de la estrategia gandhiana.
Gobierno e instituciones
paralelas
Cuando todo un país está a merced de la arbitrariedad
de un gobierno que pretende imponer
su dominación negando todos los principios de
la vida democrática, no se trata solamente de
oponerse a una ley particular, sino que se tratará
de oponerse al gobierno. En consecuencia,
con la
fi nalidad de parar sus engranajes
y paralizarlos, convendrá extender la desobediencia
civil a las leyes que por sí mismas no
son injustas pero que sirven, a pesar de todo,
para los proyectos del gobierno. Cuando la situación
lo requiera se crearán estructuras, organizaciones
e, incluso, un gobierno paralelo.
En nuestro país, la existencia de la plataforma
de Organismos Democráticos es una
muestra de estructura paralela.
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21
Anexo I
Normas para una
campaña de prensa
A. — Exponer con claridad los
objetivos para poder:
1. Dar a conocer al gran público los principios
de la acción.
2. Vigilar que nuestro punto de vista sea
reproducido con exactitud y precisión.
3. Recti
fi car las falsas impresiones, los rumores
tendenciosos y las falsas noticias.
B. — Establecer un planing
de la acción con fechas.
C. — Preparar:
1. Un memorándum que explique la acción
de una manera muy general
2. Un boletín periódico con las novedades
de la acción.
D. — Difundir noticias y comunicados
a:
1. Los grandes periódicos nacionales, los
regionales y locales y las agencias de
prensa.
2. Principales periódicos extranjeros.
3. Principales emisoras de radio y de TV
(nacionales y extranjeras).
4. Redactores y editorialistas de los principales
diarios y revistas.
5. Comentaristas de radio y periódicos.
E. — Se recomienda:
1. Llevar las noticias a los periódicos antes
de las siete de la tarde, las redacciones
suelen cerrar a esta hora.
2. Hablar personalmente con los periodistas.
3. Hacer una lista de periodistas y contactos,
con direcciones y teléfonos, de cada
diario y revista.
F. — Organización.
1. Designar un responsable de prensa.
2. Formar un equipo de prensa, con funciones
especí
fi cas para cada persona (redactar
las noticias, llevarlas a los periódicos,
etc.).
3. Enterarse de dónde son y de dónde vienen
los periodistas, que establezcan
contacto con nosotros. Andar siempre
sobre seguro.
4. Designar las personas que se encargaran
de hacer declaraciones públicas.
5. Tener siempre a punto un dossier completo
y otro de selección de los artículos
de periódicos y revistas que hagan referencia
a nuestra acción.
6. Repartir este dossier a los periodistas
que visitemos.
7. Establecer una ruta de periódicos, para
poderlos visitar el menor tiempo posible.
8. Organizar un equipo fotográ
fi co y de reveladores.
Una noticia presentada con
fotografías tiene muchas más posibilidades
de ser publicada.
9. Las notas de prensa, llevarlas va elaboradas.
Hay que ahorrar al máximo a los
periodistas las posibilidades de tergiversar
la noticia.
10. Dar a los periodistas nombre, dirección
o teléfono de alguien para que puedan
dirigirse en caso de necesidad. Si es posible
esta dirección conviene hacerla pública.
Anexo II
El sociodrama y el taller
de acción directa
Muchas acciones salen mal porque en su
transcurso, surgen situaciones imprevistas
que provocan el desconcierto de los participantes.
Por ello es necesario, antes de hacerla,
ensayar su posible desarrollo. Es lo que llamaremos
«sociodrama» o taller de acción directa.
Un «taller» se diferencia de una conferencia
o de una reunión de educación en el sentido
de que el taller tiene como objetivo el hecho de
impulsar a los participantes a poner en práctica
sus conocimientos, más que hablar de pura
teoría. Los talleres pueden incluir, en sus programas
cursos de teoría, pero el objetivo principal
es la «práctica».
Un taller de acción directa comprende, generalmente,
varias sesiones de trabajo, reuniones
de grupo y el sociodrama, aparte de algunas
horas dedicadas a la discusión.
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22
Los objetivos más importantes de un taller de
acción son:
1) Poner en práctica
los conocimientos:
Los participantes, asumiendo diversos papeles,
aprenden a comportarse en diferentes situaciones
que se provocan, para no cometer en
la acción real los mismos errores.
2) Comprender al adversario:
Representando el papel del adversario, el militante,
aprende a pensar y sentir como el otro.
Esto será muy positivo, ya que a la hora de
la verdad estará más en disposición de prever
y comprender las reacciones del adversario.
Con entrenamiento se puede conseguir saber
la manera de pensar del adversario, y ello nos
permitirá preparar determinadas actitudes,
respuestas y argumentos.
3) Fortalecerla moral:
La práctica de una serie de situaciones con la
gente que va a participar en la acción nos permite
conocernos mejor unos a otros y establecer
una presión. Frente una fuerte hostilidad,
es importante tener con
fi anza en los demás.
4) Deshacerse de las
tensiones
Durante la acción, es muy importante intercambiar
los papeles de los participantes en la
acción, y de esta manera todos los miembros
se acostumbran a asumir diferentes responsabilidades.
El sociodrama
El sociodrama (no confundirlo con el Psicodrama,
muy utilizado en terapéutica mental).,
requiere la participación tanto del público
como de los participantes, aunque el público
ha de ser advertido que no puede reír ni moverse.
El público sirve de espectador que observará
el desarrollo del sociodrama para poder comentarlo
al
fi nal.
El sociodrama implica que diversas personas
jueguen espontáneamente diversos papeles
dentro del contexto de los problemas reales
que el grupo afronta. Hace falta un director,
cuyo trabajo será:
a. de
fi nir el problema.
b. precisar la situación (escenario).
c. distribuir los papeles a desempeñar.
d. hacer comentarios a los actores y a los
observadores.
e. para la acción cuando el objetivo se haya
conseguido.
f. dirigir la discusión y análisis
fi nal referente
al comportamiento de los actores y
los observadores.
Es probable que, las primeras veces el sociodrama
no salga bien. No importa. Se hace precisamente
para que los militantes se entrenen
para realizar mejor las acciones.
Es bueno empezar a practicar con situaciones
imaginarias simples, aunque no tengan
nada que ver con los otros objetivos (una discusión
entre dos personas, p. ej.).
De todas formas antes de empezar el sociodrama,
es bueno que la gente que va a realizarlo
se conozca un poco; una manera interesante
y rápida es el sistema «Philips 66»: Se divide la
gente en grupos de 6; cada miembro se presenta
(así se conocen); después cada grupo escoge
un portavoz. Durante 6 min. el grupo comenta
o discute sobre un tema escogido anteriormente
(qué se espera de este taller, cuál es el problema
más urgente de vuestro grupo, etc...).
Después cada portador presenta a la asamblea
los comentarios o las preguntas de su grupo.
De esta manera el comité de dirección del taller
puede apreciar rápidamente la cualidad y
las motivaciones de los participantes y modi
fi -
car en consecuencia, el programa previsto.
Es importante recibir «una respuesta» (feedback),
no solamente del taller sino de la organización.
Recibir una respuesta signi
fi ca descubrir
cómo evoluciona el grupo.
Ejemplo de sociodrama en una acción de piquete
o vigilia.
Participa un grupo de 25 personas. El instructor
de
fi ne el problema y una situación, y
pide al grupo que se ponga en circulo alargado
con una distancia de x metros cada uno
respecto a los otros. Todos llevan pancartas.
Se designa un responsable en cada extremidad
de línea, un responsable de información
y coordinador. Entonces se tratar de estudiar
una serie de situaciones que pueden suceder
en realidad. Por ejem.:
1. Vienen unos extremistas «camorristas»,
los insultan y les quieren quitar las pancartas.
2. Gente que pasa y hace algunas preguntas.
3. Un voluntario desconocido se añade al
grupo.
4. Un borracho pasa por delante y les dice
tonterías.
5. Militantes de grupos adversarios llegan
con pancartas diciendo lo contrario.
6. La policía disuelve el grupo haciéndoles
circular o deteniéndoles a todos, o sólo a
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algunos.
7. Periodistas se quieren entrevistar con
los miembros del piquete.
8. Un participante se encuentra mal.
9. Un participante no obedece las consignas.
10. Un participante se vuelve violento.
11. 12, 13, ...
Preguntas: ¿Cómo tomar las decisiones inmediatamente?
¿Cómo comunicarlas al grupo?
¿Hemos de mantener las relaciones con el
público? etc.
Anexo III
Algunos consejos
prácticos
Es lógico que no es lo mismo preparar una
«acción» de manera aislada (una «sentada») que
organizar una «campaña de lucha» compuesta
de diversas acciones. En el primer caso, sólo
habrá que disponer de un servicio de prensa,
seguridad, y alguna otra cosa.
Pero, cuando se hace una campaña hay que
prever diversos aspectos de la organización de
toda una infraestructura que nos permita conseguir
un máximo de e
fi cacia. En este caso,
quisiéramos hacer unas observaciones generales,
sobre todo para aquellos que no están
organizados:
1. Seguir las normas va mencionadas en
los capítulos correspondientes al análisis
de la situación, elección del objetivo,
primeras negociaciones y llamada a la
opinión pública.
2. Determinar unos lugares concretos de
reunión y encuentro.
3. Establecer la infraestructura de organización.
4. Dar responsabilidad a cada uno.
5. Determinar de qué manera serán tomadas
las decisiones.
6. Formar equipos de trabajo:
- coordinación
- administración y economía
- recaudación de dinero
- control de contabilidad
- prensa
- fotografía
- publicaciones
- redacción
- impresión
- distribución
- trabajo de secretaría
- transportes
- alojamiento
- alimentación
- contactos locales
- contactos internacionales
- seguridad
- acción directa
- sociodrama
- etc., etc...
7. Establecer un presupuesto inicial.
8. Contactos con abogados que aconsejen y
puedan ofrecer una defensa jurídica.
9. Elaborar un calendario (planing) a corto
y largo plazo para cada equipo y de manera
general para la acción.
10. Estudiar la legislación actual que haga
referencia a la acción.
11. Practicar el sociodrama antes de hacer
la acción.
12. Practicar dinámica de grupos.
13. Discreción.
14. Estudio del lugar de la acción y de sus
características.
Bibliografía
Movimiento de Objeción de Conciencia. Es legítima
la desobediencia. Tres décadas de objeción,
insumisión y antimilitarismo.
www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/1-primerospasos.
pdf
Internacional de Resistentes a la Guerra. Manual
para Campañas Noviolentas. Nueva York.
2010.
http://www.wri-irg.org/system/files/Manual_
para_Campañas_Noviolentas.pdf
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sobre ti. En unas pocas líneas preséntate: qué haces,
dónde trabajas, cual es tu profesión, ¿estás implicado en
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manera éste irá adquiriendo vida y será un re
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En las circunstancias atentatorias
a los más mínimos derechos de la
vida es cuando necesitamos que aflore
la esperanza como faro que guíe
nuestros pasos o como parapeto infranqueable
ante la adversidad. La
esperanza se convierte en estos casos,
como decimos, en la única posibilidad
de sobrevivir, en la única posibilidad
de alimentar la vida.
(Xesús R. Jares)