TEXTO LEIDO EN EL AYUNTAMIENTO DE VIC CON MOTIVO DE LA CONCESIÓN DEL MEMORIAL JOAN XXIII AL TORTELL POLTRONA (Junio 96)
25 AÑOS DE LUCHA POR EL DESARME
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Hace 25 años, concretamente el 23 de abril de 1971, me condenaban en un Consejo de Guerra por negarme a hacer el servicio militar, alegando que era objetor de conciencia no violento.
Al poco tiempo recibí a través de mi familia una sorprendente y agradable noticia,!Me habían concedido el Memorial JOAN XXIII!.
No os podéis imaginar lo que significa en la soledad de la celda de una prisión recibir una distinción de ese tipo. Las campañas de apoyo a un preso no solo le fortalecen y animan sino que lo que es tal vez mas necesario, también le protegen.
En la incomunicación de una cárcel, en la oscuridad de un calabozo, cualquier cobarde de los que allí abusan de su poder, puede sentir la tentación de poner a prueba la debilidad de un preso indefenso. Mas de uno me dijo que con un par de tiros resolvía el tema de los objetores. Y lo decían en serio. Por eso el que un preso sea conocido, hace que o bien se reciban órdenes de buen trato o bien como era mi caso, había que informar continuamente de mi situación, lo que me libraba de los malos tratos arbitrarios.
Os estaré siempre agradecido por vuestro apoyo y por vuestra valentía al asumir el riesgo, en aquella época tan tenebrosa, de apoyar a un objetor preso. Os debo una parte de mi vida, aquella que protegisteis al concederme el Memorial.
Pero no solo me ayudasteis a mí. Contribuisteis a difundir la Objeción de Conciencia, tan desconocida entonces. Entre todos sembramos en tierra fértil aquella semilla que ha dado tan magnífico fruto. Ahora el crecimiento de la Objeción es espectacular y somos el país de Europa con mas objetores de Conciencia.
Pero la ley de Objeción, promulgada en 1984 y por la que tanto habíamos luchado, no supo resolver el conflicto, defraudando las esperanzas que pusimos en ella, al tratar a la Objeción no como un derecho pleno, sino como algo que debía ser penalizado con una prestación social sustitutoria, mas larga que el servicio militar, y considerando a los objetores como ciudadanos de segunda categoría.
Muchos jóvenes aceptaron esta ley como mal menor evitando así el conflicto entre mili o cárcel pero otros, recogiendo la antorcha que habíamos encendido y con una gran dosis de generosidad y coraje rechazaron el servicio militar con todas sus consecuencias. ¿Por qué hay que justificar que alguien no quiera aprender a matar? ¿Por qué hay que aceptar un castigo?
¿Acaso hay que recordar que ser obligado a trabajar gratis es de esclavos?
Así surgió la insumisión... y pagaron un duro precio, y lo siguen pagando. INSUMISO !Que palabra mas hermosa!... el que no se somete. Todos deberíamos ser insumisos.
El gobierno respondió con dureza y sobre todo con ignorancia. Dos primeros insumisos, Carlos Moragriega y Josep Mª Hinojosa, fueron juzgados en Consejo de Guerra en Barcelona. Era la época en que el socialista Narcis Serra era ministro de Defensa. Los militares se aprestaron a montar su tenebrosa parafernalia represiva, pensando aun en el régimen anterior y se encontraron con una juventud educada en la democracia, sin miedo, desafiante y llena de humor. Fue impresionante estar dentro de la sala del Consejo de Guerra tan bien preparada para aterrorizar a las personas y oír los gritos de los grupos de apoyo que llegaban desde la calle "Serra TURURU, la mili la farás tú" mientras los dos insumisos, fuertemente arropados por sus familias y amigos, denunciaban en el juicio la represión militar.
Hicieron un ridículo tan espantoso que enseguida pasaron la patata caliente de la insumisión a la jurisdicción civil. Los insumisos fueron a la cárcel pero salieron más fuertes y decididos.
Siguieron las condenas y siguió la lucha coordinada por el MOC, movimiento de objetores de conciencia, que la definía como lucha no-violenta en sus formas de acción directa, no cooperación y desobediencia civil y dedicado específicamente al trabajo antimilitarista y por la abolición total de la conscripción, sea militar o civil. Otros grupos de jóvenes radicales que siempre habían visto nuestra lucha con desconfianza se incorporaron de lleno.
Y así, en estos momentos unos 300 jóvenes insumisos se pudren en las cárceles españolas y unos 3000 están esperando juicio dispuestos a coger el relevo haciendo tambalear las estructuras de un estado de Derecho, que no debería tener presos de conciencia que ya han sido reconocidos por Amnistía Internacional.
Nos quejamos de los jóvenes y aquí tenemos un magnífico ejemplo de valor que sirve de faro a todos los antimilitaristas de Europa. Es muy duro estar preso, pero puedo aseguraros que ser joven, tener toda la vida por delante llena de posibilidades y escoger ir a la cárcel, es mucho más duro.
En Catalunya, haciendo honor al "seny", la mayoría de jueces han evitado encarcelar a los insumisos aplicando condenas de menos de un año que no obligan a entrar en prisión e incluso se han dictado varias sentencias absolutorias creando un problema jurídico de difícil solución. Por esto y pese a los numerosos juicios, el número de insumisos catalanes presos no llega a la decena.
Del carácter de los insumisos, de su calidad, os voy a explicar tres ejemplos que he vivido de cerca, supongo que habrá muchos más. Uno se refiere a un insumiso de Reus. El juez le citó para ofrecerle una condena pequeña y por lo tanto no iría a la cárcel, a cambio de no hacer juicio. El insumiso contestó que quería ir a juicio para denunciar públicamente su situación aunque después tuviera que ir a la cárcel. El segundo es un objetor del pueblo donde vivo que pertenece a lo que se llaman objetores plantados. Es un grupo que cuando llevan el mismo tiempo de prestación que la mili, la abandonan públicamente, denunciando el castigo que significa que sea mas larga. Los jueces los procesan y los juzgan igual que a los insumisos. Pues bien, cuando se plantó públicamente, siguió en el mismo centro, trabajando gratis como voluntario durante un año más. Hace poco le han juzgado y el fiscal seguía manteniendo, incomprensiblemente, la misma petición de cinco meses de cárcel. Aun no ha salido la sentencia pero esperamos que el juez sea valiente, como otros jueces que ya han absuelto a los insumisos.
El tercer caso pertenece a la insumisión del futuro. Como sabéis hace pocos días que ha entrado en vigor el nuevo Código Penal llamado irónicamente de la democracia. Pues bien, lejos de intentar resolver el problema de la insumisión, la trata con una inusitada crueldad. Con ensañamiento diría yo.
Con el código antiguo se condenaba a los insumisos generalmente a una pena de dos años cuatro meses y un día de cárcel. En el nuevo código se distinguen, para dividirlos, dos formas de insumisión. Si es a la mili se les condena de seis meses a dos años de cárcel pero después tienen, de diez a catorce años de inhabilitación, es decir no pueden trabajar de funcionarios ni en empresas públicas, ni recibir becas etc. Esto es lo más grave pues dada la dificultad para encontrar empleo y la gran cantidad de insumisos maestros, significa condenarlos a morirse de hambre. Si la negativa es a lal prestación, la condena es de 8 a 12 años de inhabilitación y multa de 72.000 Ptas. a 18 millones de Ptas. que si no se pagan ni con dinero ni con trabajos sociales (sería contradictorio hacerlo después de negarte a la prestación) se paga con cárcel. Y encima van diciendo que con el nuevo código no van a la cárcel.
El insumiso fue juzgado dos días después de la entrada en vigor del nuevo código pero el juez le dió opción para escoger ser juzgado por el nuevo o el antiguo. El insumiso aunque está estudiando un master de Gestión Pública, escogió para denunciarlo el nuevo código, pese a que con el antiguo seguramente hubiera tenido una condena corta sin apenas consecuencias. El juicio pasó a la Audiencia Provincial pues la petición es de 8 años de inhabilitación. Habrá que esperar y ver como actuarán los jueces para poder dar apariencia de justicia a un regalo envenenado que les ha hecho la clase política que aprobó este Código Penal.
Varios ejes motivan la lucha de los insumisos. El primero es la conciencia. Como personas dotadas de razón obramos con libertad y conocimiento, pero sobretodo con responsabilidad. No hemos nacido para cumplir órdenes sino para razonar. La conciencia nos hace responsable de todos nuestros actos. La obediencia base de disciplina militar intenta anular la libertad y la razón pero en el fondo queda la conciencia. Como dice dom Milani, el cura maestro de Barbiana " Hay una ley que esta escrita en el corazón de todas las personas. Una gran parte de la humanidad la llama la ley de Dios, otra parte la llama ley de la conciencia. Los que no creen ni en una ni en la otra no son sino una ínfima minoría enferma. Son los que rinden culto a la obediencia ciega".
El segundo sería el problema militar. Siempre decimos que el problema no son los insumisos sino los militares. Cuando se extrañan del gran crecimiento de la objeción tendríamos que repasar los últimos 200 años de la historia de España. Son como para salir corriendo cada vez que veamos un soldado. El ejército español ha perdido todas las guerras en las que ha participado, con numerosas muertos para nada, y solo tuvo éxito reprimiendo a los trabajadores y en sus numerosos golpes militares contra la democracia, el último de ellos de 40 años de duración. Ya empezábamos a olvidarlo cuando el 23 F vuelven a ocupar el Congreso y sacan los tanques aterrorizando al pueblo valenciano.
Hemos recuperado la poderosa tradición antimilitarista del movimiento obrero, que ya en el siglo pasado nos dió magníficos ejemplos en Catalunya de resistencias a las quintas y culminó en la "Semana Trágica" de 1909 en Barcelona, levantamiento popular contra la guerra de Marruecos, brutalmente reprimido.
El tercer eje sería la defensa de la vida. El "NO MATARAS" absoluto y radical es un principio religioso, por desgracia violado continuamente, muchas veces en nombre de Dios, con las funestas consecuencias históricas que todos conocemos y de las que no aprendemos; pero también es lo único que garantiza mi vida y las de mis seres queridos.
Si es licito matar, todo esta permitido. Pero si matar es un crimen, aprender a matar es prepararse para ser un criminal cuando alguien dé la orden de disparar. Y es que ha de llegar un día en que la vida será sagrada y matar una persona se considerará un crimen tan horrendo que nadie se atreverá a cometerlo y menos por razones de estado cumpliendo órdenes.
Me resulta incomprensible, sin embargo, el poco apoyo que desde la sociedad, recibe un numero tan elevado de presos pacíficos. Pocos son los políticos, los intelectuales, artistas sensibles, gente de iglesia, personas de prestigio, etc. que defiendan y luchen con energía para conseguir la libertad de los insumisos y librarnos así de esa vergüenza colectiva que en una democracia significa la situación actual.
Y es que la campaña del gobierno para criminalizarlos, aislarlos, desprestigiarlos ha sido de una gran eficacia.
Se ha dicho que se burlaban de la ley y es cierto que la ley debe ser respetada pues garantiza una convivencia pacífica, pero una ley injusta debe ser desobedecida para conseguir cambiarla y mejorarla.
¿Cómo saber si una ley es justa o injusta? ¿Como saber si una conciencia es verdadera o falsa? Muy sencillo, recordemos a Santo Tomás de Aquino. Él decía que para distinguir una conciencia verdadera de una falsa, lo que hay que hacer es universalizar su postura y ver la bondad o maldad del efecto que causa. Es evidente que si todo el mundo hiciera insumisión al ejército, tendríamos un planeta más pacífico, justo y fraternal y no este polvorín sangriento que cualquier día puede explotar.
Nadie puede demostrar mas respeto a la ley que aquellos que están dispuestos a ir a la cárcel para conseguir mejorarla.
También se les acusa continuamente de insolidarios. ¿Cómo se puede tener el cinismo de intentar hacer creer que ir a la mili a aprender a matar y destruir es ser muy solidario y negarse, luchando por el desarme y el respeto a la vida es ser insolidario? Lo malo es que estos mensajes repetidos continuamente por el poder van calando en la opinión pública.
Sutilmente se hace publicidad de las buenas obras sociales que realizan algunos prestacionistas obviando el chantaje de su obligatoriedad y dando así la imagen de objetor bueno e insumiso malo cuando son las dos caras de una misma opción, la negativa a hacer el servicio militar.
Un ministro de justicia de triste recuerdo, alterado por la absolución en un juicio a un insumiso, llegó a compararlos con los terroristas, al señalar que los motivos de conciencia también podrían ser reconocidos a estos últimos. Como si fuera lo mismo presentarse pacífica y voluntariamente a cumplir una condena para denunciar una ley injusta cuyo incumplimiento no daña a nadie, que asesinar gente inocente.
Es cierto que la acción radical y continua de los insumisos contra las organizaciones que acogen prestacionistas nos llega a través de la prensa con un impacto muy negativo y debería ser planteado de forma mucho más pedagógica. Pero las organizaciones deberían reflexionar sobre su responsabilidad al aprovecharse de la aplicación de una ley profundamente injusta mientras los insumisos que no la aceptan van a prisión. De todas formas para mí es ilógico ver como los insumisos se enfrentan con los objetores mientras los fabricantes de armas se frotan las manos.
También el espectacular crecimiento de la objeción disparó la alarma motivando una campaña de desprestigio repitiendo insistentemente que muchos objetores lo eran "de conveniencia." Ojala hubiera muchos mas objetores de conveniencia! ¡Ojala todos los jóvenes fueran objetores de conveniencia¡. A todos, no solo a los jóvenes, nos conviene que haya muchos objetores.
Es curioso que a cualquier inconsciente que vaya a la mili y se le ponga un arma en las manos se le considere digno de todo respeto y sin embargo los objetores tengan que estar siempre presentando justificantes por su postura.
Pero mientras el gobierno perseguía a los insumisos, durante la guerra de Irán-Irak, vendía armas a los dos bandos en un negocio criminal como pocos. Escándalo el de la venta de armas protegido por la ley de secretos oficiales y controlado por una Junta Interministerial compuesta por los ministerios de Comercio, Asuntos Exteriores, Defensa, Economía, Justicia, Interior e Industria. Demasiados cómplices para un crimen tan execrable.
Y si hablamos de venta de armas, hemos de citar, no la venta sino el regalo de armas al régimen dictatorial de Hassan de Marruecos utilizando paradójicamente créditos al desarrollo. Armas que posteriormente fueron utilizadas para masacrar a ese pueblo hermano tan maltratado por la sociedad internacional que es el pueblo saharaui. Armas que servirán mas adelante para justificar el peligro de un enemigo en el flanco sur del que tendremos que prepararnos para defendernos.
Es imprescindible denunciar el escándalo de la fabricación y venta de minas terrestres autorizado por el gobierno español. En la última década entre cuatro y cinco millones de niños inocentes resultaron mutilados por estas armas en diferentes conflictos. Miles de hectáreas de tierra fértil están sembradas de minas que seguirán dando su fruto de muerte y sufrimiento, durante muchos años después de la guerra, ya que el coste de su desactivación es imposible de pagar para los países del tercer mundo.
Si hay que buscar criminales, no creo que sean precisamente los insumisos, los que deban estar en la cárcel.
Pero así va la historia y así pudimos verla en la guerra del Golfo. Primero armamos hasta los dientes (España también participo en el negocio) a Irak, con un dictador expansionista. Le ayudamos a invadir otro país ¿ Para que sirven sino las armas ofensivas que le vendimos?. Después EEUU con sus poderosas agencias de información nos convence de la necesidad de librarnos de tan peligroso enemigo. Forma un ejército de países vasallos dándoles apariencia de operación internacional y nos obliga a acudir en defensa de Kuwait, país gobernado por una monarquía corrupta como pocas, y Arabia Saudí, un régimen feudal donde el adulterio de la mujer se castiga con la lapidación y donde la mujer tiene prohibido salir sola a la calle.
Y acaba la guerra y todo sigue igual. En Irak está el mismo dictador que se consoló de su aventura bombardeando, en imágenes espeluznantes, al pueblo Kurdo, ese pueblo tan maltratado por la historia y al que nadie ayuda porque no tiene petróleo. En Kuwait sigue gobernando la misma casta que se pasea por el mundo despilfarrando su insultante riqueza pero que trata a sus trabajadores peor que parias y en Arabia Saudí sigue la misma opresión medieval. El precio lo pagaron con sus vidas, como en todas las guerras, unos cientos de miles de desgraciados además de una destrucción ecológica de valor incalculable.
La ganancia fue para EEUU que con la magnífica excusa de la defensa se instaló en Kuwait controlando aun más el negocio del petróleo y que pudo organizar un regreso victorioso de sus tropas con desfile lleno de guirnaldas confetis himnos y banderas que le permitió lavar la cara de su ejército después de la vergüenza de Vietnam.
La participación del gobierno español en esa ominosa guerra nos obligó a animar una campaña de apoyo a los desertores, algo que hay que hacer en todas las guerras. Lastima que solo dos valientes jóvenes catalanes, Josep Antoni Escalada y Manel Blazquez, se animaran a dar ese paso. Por cierto que hace unos quince días acabaron de cumplir la ultima parte de condena que tenían pendiente.
Y seguimos vendiendo armas a Turquía, Indonesia, Angola etc., países con conflictos en los que los derechos humanos dejan mucho que desear. Y se utiliza como coartada el hambre de los pobres es decir la defensa del empleo. ¿Habrá que recordar en una broma siniestra que los asesinos también crean empleo?
Es necesario reconvertir la industria de armamento, sabiendo según los estudios que se han hecho, que dará mas trabajo que fabricando armas, sobretodo si estas se regalan. Pero lo que es urgente es abolir el secreto que protege oficialmente la venta de armas, impidiendo así la rápida denuncia y el control, necesario en toda democracia para corregir los abusos del poder. El comercio de armas es una actividad económicamente perniciosa, políticamente denigrante y éticamente reprobable.
Hemos de potenciar la campaña "SECRETOS QUE MATAN" de las Organizaciones No Gubernamentales Intermon, Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras Greepeace y otras que han lanzado con este motivo y que con lucidez macabra afirman no querer ser utilizadas como servicio postventa del comercio de armas. Primero vendemos armas a países del tercer mundo, después para justificar estas ventas o para incrementarlas se organizan guerras como las que cotidianamente nos reflejan el telediario y que parecen que empalman unas con otras y después enviamos a las ONG para que ayuden a los refugiados, curen a los heridos, entierren a los muertos y nos laven la conciencia.
Este ciclo infernal se va repitiendo continuamente porque la venta de armas, organizada por el complejo militar industrial mundial y en el que están implicadas las más poderosas multinacionales con sus conexiones en la política, los ejércitos, los servicios de inteligencia, los medios de comunicación etc., es junto con el trafico de droga el negocio mas rentable del mundo. Y a los que cifran su esperanza en un ejército mundial pacificador bajo bandera de la ONU habría que advertirles que la mayoría de los países que dirigen la ONU con derecho a veto, son los mayores exportadores de armas. Es como si pusiéramos al zorro a cuidar de las gallinas.
Esto lo hemos visto en la guerra de la ex-Yugoslavia, demasiado reciente como para hacer un análisis sereno y de la que aun quedan muchos crímenes pendientes, pero si pudimos ver como fue utilizada para intentar prestigiar el ejercito español en su nuevo papel de pacificador internacional y en un momento en que el acoso continuo de los insumisos y objetores había rebajado su valoración entre la juventud a niveles increíbles.
Tiemblo al pensar que enviamos de pacificadores a "la legión" que ocupó paginas y páginas de la prensa explicando con entusiasmo su nuevo papel y silenciando que el credo legionario que recitan continuamente y que todos saben de memoria (yo estuve en en un batallón de castigo de un cuartel de la legión, quince meses) dice así: "El espíritu del legionario es único y sin igual; es de ciega y feroz acometida, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta. A la voz de "A mí la legión" acudirán todos y con razón o sin ella, defenderán al legionario". Es paradójico mandar estos pacificadores.
Demostraron valor, ayudaron gente indefensa y tuvieron heridos y muertos y bien que se encargó la prensa de airearlo, pero también cometieron muchos abusos y algunos delitos y esto ya se ocultó porque perjudicaba la llamada moral de las tropas. También acudieron muchos insumisos para ayudar a las poblaciones y arriesgaron sus vidas, pero no tuvieron apenas propaganda, y su trabajo fue muy eficaz.
Pero es globalmente como habría que valorarlo y así pudimos saber que personalidades bosnias que se habían comprometido a defender las fuerzas internacionales fueron asesinadas delante de ellos sin que hicieran nada por evitarlo o la escandalosa entrega a las tropas servias de ciudades que estaban bajo su protección y en las que habían impedido crear grupos de autodefensa con la garantía paraguas protector de la ONU. Los servios masacraron a placer a la población ante la mirada impasible de los soldados llamados pacificadores.
Y es que cuando hablamos de ejércitos pacificadores hay que hacerlo con mucha prudencia, desconfianza y conocimiento. Es el mito con el que se nos querrá vender el nuevo militarismo.
El ejército del futuro cercano tendrá el atractivo de ser un ejército profesional y europeo. Reconozcamos el aspecto positivo de librarnos de la esclavitud del Servicio militar obligatorio. Pero nunca hemos de olvidar su función lógica. Por eso yo siempre que me hablan de este tema pregunto ¿ Tu que prefieres que te dispare un soldado profesional o un soldado de mili obligatoria?.
Los que luchamos por el desarme la libertad y la vida no hemos de olvidar que responde fundamentalmente a los intereses de los militares y de la adaptación a la guerra moderna pero en el proceso de cambio que inevitablemente se producirá hemos de intentar conseguir la reducción de efectivos militares, tanto en personal como en armas y presupuestos, pasar de una concepción ofensiva a ejército defensivo, eliminar la vida cuartelera, foco de degradación y escuela de golpismo etc.etc. En fin, provocar un debate que se querrá esconder a la opinión pública y que nos puede permitir avanzar hacia una sociedad mas desmilitarizada introduciendo los conceptos de defensa no-violenta.
Tendremos que explicar muy bien que para que un país pueda defenderse sin ejército es necesario que la estructura social sea justa para que todos tengan algo que defender. Debe ser una sociedad descentralizada donde no se pueda destruir el centro de poder y sustituirlo por otro. Debe estar entrenada en las técnicas de acción no-violenta, la no- cooperación, la desobediencia civil, el boicot, la inmovilización del adversario etc. Hay ejemplos de sobra en la historia que habría que estudiar y difundir. Y estaríamos preparados para defendernos de cualquier injusticia que es lo importante. Pero implica devolver el poder al pueblo y no hay muchos gobiernos interesados en hacerlo.
Y un ejército Europeo ¿Qué Europa defendería? ¿ Sería la Europa de los ricos, despilfarradora, que paga dinero para quemar cosechas, y amurallada contra la invasión de los muertos de hambre del mundo?. ¿Que fuerza moral podría alegar esta Europa, responsable con su rapiña colonialista, de la miseria del tercer mundo?. Y un ejército sin fuerza moral, sin ética. ¿En que se convierte? Mejor no pensarlo.
Pero vayamos mas lejos, ¿Para qué queremos un ejército? ¿Hay algún ejército que nos pueda defender de un ataque con bombas atómicas, o químicas o bacteriológicas? Ha crecido tanto la capacidad destructora de las armas que los militares proponen el suicidio colectivo ( o lo que ellos llaman la teoría de la disuasión) como forma de defensa. Creo que si queremos suicidarnos hay medios mucho más baratos pero si queremos vivir luchemos por el desarme. El desarme no es ningún capricho utópico sino la única forma de asegurar mi supervivencia y la de todos mis semejantes.
Sigamos con el ejército. ¿Algún ejército nos puede defender de la capa de ozono? ¿Nos puede defender del efecto invernadero?
¿Nos puede defender de la desertización? ¿Y las fronteras? ¿Nos pueden proteger de estos enemigos? ¿Y si hablamos de los jóvenes? La falta de trabajo o la falta de viviendas... Esos si que son enemigos reales, actuales y no los posibles futuros enemigos de los que dice el ejercito que nos defenderá.
Y si hablamos de futuro ¿Porqué no intentar la reconversión del impresionante castillo militar de Figueres, en un centro internacional permanente para el estudio, prevención e intervención en la solución racional de conflictos? Exigiría una buena cantidad de recursos humanos, técnicos y económicos pero sería una ínfima parte de los que se dedican a la destrucción de la humanidad.
Sabemos que ahora, hay submarinos atómicos en continuo movimiento, con mísiles atómicos apuntándonos y dispuestos para ser disparados en el momento en que un loco asesino, de los que cada día hay mas, apriete un botón.
La carrera de armamentos nos ha condenado a todos no a una sino a varias penas de muerte y sé que estamos vivos de milagro. Pero mientras nos despertemos cada día, respiremos y veamos que sale el sol, hemos de luchar por el desarme.
Permitidme acabar, en una aparente contradicción, con unas frases del ejército zapatista de liberación nacional. Dicen así:
QUE PARA TODOS HAYA SIEMPRE,
PAN PARA ILUMINAR LA MESA
EDUCACION PARA ALIVIAR LA IGNORANCIA
SALUD PARA ESPANTAR LA MUERTE
TIERRA PARA COSECHAR EL FUTURO
TECHO PARA ABRIGAR LA ESPERANZA
Y TRABAJO PARA HACER DIGNAS LAS MANOS.
En su extrema desesperación, los pobres de México han tomado las armas para conseguirlo. También es nuestra lucha. No les demos lecciones de ética ni de moral. Solo necesitan que les demostremos que pueden conseguirlo con las armas de la no-violencia.
Consigamos el desarme. Son las poderosas armas de unos pocos, las que les permiten imponer su violencia a los demás. Pero ha de ser la fuerza de la razón de muchos, la que nos permitirá lograr una sociedad justa y fraterna, para disfrutar los inmensos recursos de la tierra, como un paraíso de todos.
Ese es nuestro reto, esa es nuestra responsabilidad, esa es nuestra solidaridad.
Vic 8-junio-96
Pepe Beunza
EL DESARME NO ES UN SUEÑO
Autor: Pepe Beúnza
Autor: Pepe Beúnza
El otro día paseando por el bosque escuché con emoción el fuerte tamborileo del pájaro carpintero. Con mucho esfuerzo construye el nido que abrigará a su familia, ajeno por completo a la motosierra que tal vez cortará ese arbol (hace el nido en troncos secos) o al incendio que, ojalá no ocurra, quemará el bosque en estos años de sequía.
El pájaro sigue la rueda de la vida con la fuerza de la naturaleza . Así debe ser nuestro trabajo por una sociedad pacífica y solidaria.
Sabemos que nos enfrentamos a un adversario poderosísimo y que tal vez no lleguemos a tiempo de evitar el holocausto nuclear, pues como dicen los expertos de la Conferencia sobre Desarme de Naciones Unidas “los peligros son ahora mayores que hace veinticinco años, ya que la destrucción del arsenal mundial de armas nucleares, no es un asunto que dé votos “. Al mismo tiempo, el aumento de paises que tienen la bomba atómica, hace que cada día que amanece sea un milagro de la vida que hemos de aprovechar para disfrutar al máximo y defender nuestra supervivencia luchando por el desarme.
El principio de legítima defensa , con el que todos estamos de acuerdo y que servía a los militaristas para justificarse, queda en entredicho cuando ningun ejercito nos puede defender de un ataque con armas atómicas , quimicas o bacteriológicas. Al contrario, siendo los ejércitos los que tienen estas armas, se convierten en la mayor amenaza para la humanidad.
Hemos de conseguir una sociedad donde el respeto a la vida sea sagrado, y que los que enseñen a matar sean tratados como enfermos peligrosos.
Ahora han cambiado de discurso y se intentan justificar por la actuación de los ejércitos en campañas humanitarias. Habría que recordar que los ejércitos siempre han actuado por “motivos humanitarios”. Las Cruzadas medievales arrasaron media Europa. La conquista de América se hizo para llevar la fe cristiana a los indios infieles, a los pocos que quedaron despues del genocidio. Y no hablemos de la cruzada del general faccioso Franco. La bomba de Hiroshima tambien dicen que fue por buenas razones, claro que despues se supo que los japoneses ya habían decidido rendirse lo cual privaba al gobierno americano de aterrorizar al mundo mostrando la gran cantidad de seres inocentes (bombardear ciudades es un crimen de guerra) que estaba dispuesto a aniquilar para conseguir sus objetivos de hegemonía mundial.
Y la guerra del Golfo, una de las mayores catastrofes ecológicas de la historia, que sirvió para aumentar el control USA de la zona petrolifera, todo adobado como siempre, de buenas razones.
Por supuesto que todas las personas sensibles estamos de acuerdo en que hay que ayudar a pueblos que sufren desastres naturales o agresiones criminales pero de ahí a justificar los ejércitos hay un abismo.
No es lo mismo colocar fuerzas de interposicion que bombardear poblaciones, no es lo mismo defender causas humanitarias que las causas que le interesan a la OTAN. No es lo mismo la propaganda que sale en la prensa que lo que conoces cuando ha pasado mas tiempo y tienes mejor información.
De todas formas calculando que no llega a un 5% el personal militar que participa en las acciones humanitarias y que siendo generosos, necesite un 20% mas para relevos, logistica etc. queda un 75 % que ni siquiera con acciones llamadas humanitarias se podría justificar.
¿Por que no pensamos las vidas que, por ejemplo, podrían salvar los bomberos, que siempre trabajan en condiciones precarias, con la décima parte de los 5.000 millones de pts, que gasta cada día el ejército español, organizados como un cuerpo de intervención internacional.?
Si el ejército quiere hacer de verdad una buena obra humanitaria, podrían ayudar al pueblo saharaui a recuperar las tierras de las que fueron expulsados a bombazos de napalm por el ejercito marroquí mientras el ejército español en una de sus paginas mas vergonzosas, facilitaba la tarea. La obediencia no es ninguna justificacion, la conciencia y la dignidad es lo que nos hace personas.
Pero si de verdad los ejércitos quieren realizar una gran acción humanitaria, lo tienen bien fácil. Que destruyan todas sus armas y que dediquen el escandaloso presupuesto militar a resolver los muchos problemas sociales que todos los paises padecemos. Eso si que sería una buena obra y cuentan con mi apoyo.
Lo dicho… a disfrutar de la vida mientras nos dejen y a luchar por el desarme si queremos seguir vivos.
Pepe Beunza, 25 años despues….