Los gobiernos destinaron el pasado año 847.000 millones de euros a la compra de armamento, y el 45% de este presupuesto corresponde a Estados Unidos
El gasto militar en el mundo alcanzó en 2007 la cifra de 847.500 millones de euros, un 6% superior a la del año anterior y un 45% superior a 1998, según revela el informe anual del 2008 del Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo. Esta cantidad supone casi 190 veces las ayudas comprometidas por los gobiernos en la última cumbre de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para paliar la actual crisis alimentaria.
Estados Unidos, por sí solo, representó el año pasado el 45% del gasto militar en todo el mundo, muy por encima de países como Reino Unido, China, Francia y Japón. España ocupa el decimoquinto lugar de la lista de quince países con más gasto militar del mundo. El informe del SIPRI destaca también que las ventas de armas aumentaron un 8% entre el 2005 y el 2006.
El trigesimonoveno informe anual del SIPRI -un organismo independiente creado en 1966 para conmemorar 150 años de paz ininterrumpida en Suecia y formado por un equipo internacional de investigadores- revela que el gasto real en el 2007 fue de un billón 339.000 dólares (847.500 millones de euros), lo cual supone, en términos reales, un incremento del 6% respecto al 2006.
Estados Unidos gastó en este periodo 547 millones de dólares (346 millones de euros), lo que le sitúa, de largo, en el primer lugar de la lista de quince países que más gasto militar tuvieron el año pasado. Le siguen Reino Unido y China (37,8 millones y 36,9 millones de euros respectivamente, un 5% del total cada uno), Francia y Japón (33,9 y 27,6 millones de euros, el 4%), Alemania, Rusia, Arabia Saudí e Italia, con el tres por ciento cada uno. India y Corea del Sur representan el dos por ciento. España ocupa el último lugar de la lista, con 14.600 millones de dólares (9.240 millones de euros) y un 1% del porcentaje mundial.
Estas cifras contrastan con las cantidades aprobadas la semana pasada en la Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, celebrada en Roma bajo el patrocinio de la FAO, en la que los delegados anunciaron un incremento en 4.500 millones de euros de sus donaciones para combatir el hambre y promover el desarrollo agrícola. La relación entre el gasto militar y estas aportaciones para solucionar la crisis alimentaria es de casi 190 a uno.Presupuestos por zonasEl gasto militar ha aumentado un 45% en todo el mundo en los últimos diez años. Por regiones, el estudio revela que los gastos militares de los países de América (muy especialmente Estados Unidos y Canadá) han aumentado un 63% respecto a 1998 y que en este mismo decenio, el gasto militar aumentó en Oriente Próximo un 62%, en Asia y Oceanía un 52% y en Africa y Asia Oriental un 51%.
En Europa el aumento del gasto militar fue de un 16%. Rusia fue el país del bloque de Europa del Este que experimentó el mayor crecimiento sólo en el 2007, el 13%.
El informe del SIPRI vincula el aumento de los gastos militares a varios factores, fundamentalmente los objetivos de la política exterior relacionados en buena parte con la seguridad euroatlántica, las amenazas reales o supuestas a la seguridad, los 14 conflictos internos o internacionales registrados en el 2007 en todo el mundo y las operaciones de paz, que a lo largo del año pasado llegaron a 61, su cantidad más alta desde 1999, y movilizaron a casi 169.500 efectivos.
El informe revela que las cien principales compañías productoras de armamento vendieron aproximadamente 315.000 millones de dólares (casi 200.000 millones de euros) en armas en el 2006, lo que supone un incremento de un 8% respecto al 2005.Fallan los controlesLas empresas norteamericanas dominaron este ranking, tanto en cantidad de armas como en su valor económico, muy por encima de las europeas occidentales. En todo caso, los cinco principales exportadores de armas del mundo, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido, efectuaron el 80% de todas las transferencias.
El informe destaca que el control del comercio de armas y la aplicación de las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre países particulares, como Corea del Norte e Irán, son fundamentales para impedir la proliferación de armas de destrucción masiva. Ocho Estados poseen alrededor de 10.200 armas nucleares operativas en todo el mundo y «la mayoría de los acuerdos de control y no proliferación de armas están fallando o mostrando muy pocos progresos».
Estados Unidos, por sí solo, representó el año pasado el 45% del gasto militar en todo el mundo, muy por encima de países como Reino Unido, China, Francia y Japón. España ocupa el decimoquinto lugar de la lista de quince países con más gasto militar del mundo. El informe del SIPRI destaca también que las ventas de armas aumentaron un 8% entre el 2005 y el 2006.
El trigesimonoveno informe anual del SIPRI -un organismo independiente creado en 1966 para conmemorar 150 años de paz ininterrumpida en Suecia y formado por un equipo internacional de investigadores- revela que el gasto real en el 2007 fue de un billón 339.000 dólares (847.500 millones de euros), lo cual supone, en términos reales, un incremento del 6% respecto al 2006.
Estados Unidos gastó en este periodo 547 millones de dólares (346 millones de euros), lo que le sitúa, de largo, en el primer lugar de la lista de quince países que más gasto militar tuvieron el año pasado. Le siguen Reino Unido y China (37,8 millones y 36,9 millones de euros respectivamente, un 5% del total cada uno), Francia y Japón (33,9 y 27,6 millones de euros, el 4%), Alemania, Rusia, Arabia Saudí e Italia, con el tres por ciento cada uno. India y Corea del Sur representan el dos por ciento. España ocupa el último lugar de la lista, con 14.600 millones de dólares (9.240 millones de euros) y un 1% del porcentaje mundial.
Estas cifras contrastan con las cantidades aprobadas la semana pasada en la Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, celebrada en Roma bajo el patrocinio de la FAO, en la que los delegados anunciaron un incremento en 4.500 millones de euros de sus donaciones para combatir el hambre y promover el desarrollo agrícola. La relación entre el gasto militar y estas aportaciones para solucionar la crisis alimentaria es de casi 190 a uno.Presupuestos por zonasEl gasto militar ha aumentado un 45% en todo el mundo en los últimos diez años. Por regiones, el estudio revela que los gastos militares de los países de América (muy especialmente Estados Unidos y Canadá) han aumentado un 63% respecto a 1998 y que en este mismo decenio, el gasto militar aumentó en Oriente Próximo un 62%, en Asia y Oceanía un 52% y en Africa y Asia Oriental un 51%.
En Europa el aumento del gasto militar fue de un 16%. Rusia fue el país del bloque de Europa del Este que experimentó el mayor crecimiento sólo en el 2007, el 13%.
El informe del SIPRI vincula el aumento de los gastos militares a varios factores, fundamentalmente los objetivos de la política exterior relacionados en buena parte con la seguridad euroatlántica, las amenazas reales o supuestas a la seguridad, los 14 conflictos internos o internacionales registrados en el 2007 en todo el mundo y las operaciones de paz, que a lo largo del año pasado llegaron a 61, su cantidad más alta desde 1999, y movilizaron a casi 169.500 efectivos.
El informe revela que las cien principales compañías productoras de armamento vendieron aproximadamente 315.000 millones de dólares (casi 200.000 millones de euros) en armas en el 2006, lo que supone un incremento de un 8% respecto al 2005.Fallan los controlesLas empresas norteamericanas dominaron este ranking, tanto en cantidad de armas como en su valor económico, muy por encima de las europeas occidentales. En todo caso, los cinco principales exportadores de armas del mundo, Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido, efectuaron el 80% de todas las transferencias.
El informe destaca que el control del comercio de armas y la aplicación de las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre países particulares, como Corea del Norte e Irán, son fundamentales para impedir la proliferación de armas de destrucción masiva. Ocho Estados poseen alrededor de 10.200 armas nucleares operativas en todo el mundo y «la mayoría de los acuerdos de control y no proliferación de armas están fallando o mostrando muy pocos progresos».